El aumento de encerronas y portonazos protagonizados por adolescentes ha encendido las alertas. Aunque las autoridades reconocen que se trata de un fenómeno en expansión, el sistema aún muestra falencias críticas, especialmente cuando se trata de fiscalizar medidas cautelares como la internación nocturna en centros del Sename.

Así lo reveló Reportajes Teletrece, donde se exhibió el caso de un joven de 17 años, que a pesar de que ya había sido formalizado por delitos anteriores, seguía cometiendo portonazos y encerronas mientras debía pernoctar cada noche en un centro de internación semi cerrado.

Una de las víctimas de estos delitos, asegura que "a mí me llamaron de Fiscalía, pero me llaman para decirme como gran cosa que el delincuente de 14 años que habían capturado de nuestro asalto, nuestro portonazo, estaba en reclusión nocturna. Y para mí fue como este es un chiste".

"Claramente estos menores no tienen un padre, una madre responsable. ¿Quién lo va a fiscalizar de que efectivamente esté en la casa y no esté cometiendo un delito?", añadió. 

Es un testimonio que ilustra una falla crítica del sistema. ¿De qué sirven esas sanciones? ¿Quién controla su cumplimiento?

Desde PDI afirman que "es muy común que que hoy en día un menor de edad, hablemos de 15, 16 años, que es detenido, ya sea por una investigación o por algún delito flagrante, al ser detenido, es puesto a disposición de los tribunales correspondientes y quedan con la medida cautelar, ya sea de internación provisoria".

Adolescentes dejan de asistir al Sename y tribunal puede tardar semanas en intervenir

Una de las principales preocupaciones es lo que ocurre después de la detención. Muchos adolescentes quedan con medidas cautelares como la internación nocturna en centros del Sename. Sin embargo, si un joven deja de asistir, pueden pasar semanas antes de que el tribunal reaccione.

El proceso es lento y funciona así: primero se intenta contactar al adolescente, se visita su domicilio, y si no se logra justificar su ausencia, recién entonces se informa al tribunal. Solo después de eso se puede solicitar una audiencia para formalizar el quebrantamiento de la medida.

Si el servicio no nos informa, es imposible que tomemos medidas. Por eso es clave el monitoreo”, explicó Álvaro Murcia García, director subrogante de la Unidad de Responsabilidad Penal Adolescente de la Fiscalía Nacional.

Pero ese monitoreo no siempre ocurre a tiempo, y no hay consecuencias inmediatas para quienes abandonan las medidas impuestas.

Desde el propio Sename reconocen sus limitaciones, señalando que “no podemos garantizar que un adolescente no se vea involucrado en situaciones como esta. No es lo que uno espera, pero hay factores que no tenemos posibilidad ni injerencia de controlar al 100%”, señaló María Emilia Moreno, jefa de la Dirección Juvenil del organismo.

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