Este viernes fueron formalizados los cuatro trabajadores del Hospital de Osorno acusados de cometer graves vejámenes y torturas contra un compañero entre 2018 y 2020. La víctima, quien actualmente reside en Canadá, denunció haber sido amarrado, golpeado, quemado con una plancha a vapor, rapado y expuesto a humillaciones extremas durante su paso por el recinto asistencial.

La investigación reveló que los agresores difundieron información privada, ingresaron sin autorización a sus cuentas bancarias y lo hostigaron mediante burlas y publicaciones en redes sociales. Incluso, la Fiscalía detalló episodios de violencia física y sexual que dejaron secuelas psicológicas en la víctima, afectando su desempeño laboral y vida personal.

Lo que más sorprendió durante la audiencia fue la defensa del cuarto implicado, quien se entregó al tribunal y cuyo abogado Máximo Silva aseguró que las acciones vistas en los registros eran “dinámicas realizadas por los trabajadores para pasar el tiempo durante la pandemia”, según expone el "Diario de Osorno". Además, Silva sostuvo que en ciertos momentos la propia víctima habría accedido de manera voluntaria a algunas de estas acciones, un punto que, según señaló, deberá ser aclarado durante el desarrollo de la investigación.

El argumento fue duramente cuestionado por la Fiscalía, que tipificó los hechos como delito de torturas, ordenando la desvinculación de los funcionarios y la investigación del hecho: "Creemos que estos actos son de lo más degradante respecto de una persona, lo más intimidatorio a esta persona. Aparte de ello, denigrantes como ser humano. Hemos visto los videos que circularon y por lo tanto lo que se hizo respecto de esta víctima. Son hechos gravísimos", señaló la fiscal del caso. 

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