Al descender del vuelo de Alitalia que aterrizó en la losa del antiguo aeropuerto de Pudahuel, el miércoles 1 de abril de 1987,  lo primero que hizo Juan Pablo II fue besar el suelo chileno. Venía a pasar seis días en el país, que nunca antes había recibido la visita del Pontífice.

La presencia del Papa viajero en territorio nacional comenzó a gestarse dos años antes, cuando los obispos chilenos le enviaron una carta solicitando su presencia.

Chile vivía años convulsionados, con la dictadura de Augusto Pinochet buscando legitimizarse a nivel internacional o local, ante le inminencia del plebiscito de 1988, por lo que el arribo de Juan Pablo II no era una mera visita pastoral, sino que tuvo un trascendental condimento político.

La gira de Karol Wojtyla, de entonces 66 años, tuvo una agenda cargada e incluyó ocho ciudades: Antofagasta, La Serena, Valparaíso, Santiago, Concepción, Temuco, Puerto Montt y Punta Arenas.

Como era de esperar, por la magnitud del personaje y el presente que se vivía, la visita tuvo una serie de hitos.

El primero de ellos fue la reunión que sostuvo al día siguiente con un Pinochet vestido de terno y corbata. Lo que suponía era una cita privada, fue convertida por el régimen como una muestra de apoyo, con la imagen de ambos saludando al público desde un balcón de La Moneda.

El cardenal Roberto Tucci, encargado de organizar los viajes de los pontífices, aseguró en 2009 que todo fue una movida del gobierno y que Juan Pablo II fue engañado.

"Wojtyla era muy crítico con el dictador chileno y no quería aparecer junto a él. Sin embargo, con una acción estudiada, le hicieron salir (al Pontífice) por otra (puerta). Pasaron delante de una gran cortina negra, que estaba cerrada y Pinochet, según me contó después el Papa, furioso, le detuvo para enseñarle una cosa. La cortina se abrió de golpe y el Pontífice se encontró ante un balcón abierto, que daba a la plaza, llena de gente”, le contó al diario L'Osservatore Romano.

Otro gesto fue la utilización de la biblia del asesinado sacerdote André Jarlán en su homilía en La Bandera durante esa misma jornada del 2 de abril. Ahí escucharía el discurso del obrero Mario Mejías, quien denunció los tratos de la policía y los militares en las poblaciones.

Ese día terminó con un encuentro con los jóvenes en el Estadio Nacional, marcada por la negativa de los presentes a la interrogante planteada por el Papa sobre si estaban por rechazar al “ídolo del sexo”.

La eucaristía del viernes 3 en el Parque O’Higgins tuvo una serie de situaciones que terminarían por marcarla. La masiva presencia de público, que se calcula en un millón de personas, y la batalla campal en que se convirtió el recinto, por los enfrentamientos entre parte de los presentes y los organismos de seguridad del régimen, y que incluyó barricadas, fuego y bombas lacrimógenas.

El uso de gases afectó incluso al Papa, quien detuvo sus palabras por unos minutos observando lo que sucedía al frente suyo.

“Libertad, queremos libertad”, gritó la gente. “Santo Padre, bienvenido. En Chile se tortura”, se leía en algunos carteles.

A los días, El Mercurio publicó en portada las imágenes de los supuestos violentistas que iniciaron los incidentes y que fueron detenidos el 9 de abril por esos hechos. Sin embargo, la información resultó ser falsa.

Después de tres jornadas en la capital, con un breve traslado a Valparaíso, el Pontífice voló hasta Punta Arenas, desde donde comenzó a moverse de sur a norte hasta concluir el 6 de abril con una misa en Las Quintas, en Antofagasta, la única visita papal a Chile.

Treinta años después, se ha confirmado el viaje de Francisco entre el 15 y el 18 de enero de 2018

Esta vez, las expectactivas por la presencia papal son otras.

Lo deja en claro el comunicado del gobierno: "Francisco nos visitará en un contexto político y social distinto al que conoció el Papa Juan Pablo II. El Papa Francisco llegará a un país con pleno Estado de Derecho, que recuperó su democracia en 1990, que es mucho más diverso en distintos ámbitos, con un creciente número de inmigrantes, y que, pese a tener muchos desafíos, ha logrado importantes avances en materia de reducción de la pobreza, equidad, e igualdad de oportunidades para sus ciudadanos".

Confirman visita del Papa Francisco a Chile en enero de 2018

El Papa Francisco visitará Chile en enero 2018, así lo confirmaron esta mañana altas autoridades eclesiásticas, encabezadas por Santiago Silva, presidente de la Conferencia Episcopal junto al arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. La visita se concretará entre el 15 y el 18 de enero de 2018 y contempla las ciudades de Iquique, Santiago y Temuco.

 

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