La madrugada del lunes, un vuelo de LATAM que operaba la ruta Sidney-Santiago con escala en Auckland presentó un "evento técnico" que produjo un "fuerte movimiento", el cual provocó que 10 personas -entre pasajeros y tripulantes de cabina- resultaran con lesiones de diversa consideración.

Desde la aerolínea informaron que las causas del hecho están siendo investigadas, sin embargo, desde la emisora Radio New Zealand (RNZ) afirman que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FFA) había alertado sobre un problema con los sistemas de deshielo en los Boeing 787 Dreamliner.

El regulador afirma que un sello dañado podría afectar la entrada de un motor, arriesgando daños graves al avión.

CNN dice que si bien, el equipo de deshielo puede parecer menos importante en meses de verano, las temperaturas frías a grandes altitudes que vuelan los aviones, combinado con la cantidad de humedad en las nubes, hacen que esta función sea siempre necesaria.

El citado medio afirma que el problema se estaba abordando a través del proceso estándar de la administración para "desarrollar directivas de aeronavegabilidad", lo que implica que no se creía que el problema fuera demasiado grave como para retirar aviones de servicio.

Un vocero de la Autoridad de Aviación Civil afirmó que el incidente que involucró a la aeronave de LATAM "aún no ha sido formalmente reportado a la FAA, aunque esperamos esto en los próximos días".

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