La ministra en visita Romy Rutherford decidió someter a proceso al general en retiro Jozo Santic Rodríguez por su presunta responsabilidad en los delitos de fraude al fisco y falsedad militar. 

La medida se conoce luego que el pasado jueves Rutherford ordenara la detención de quien fuera el ex jefe de finanzas durante el periodo en que Juan Miguel Fuente-Alba estaba a la cabeza del Ejército. 

De acuerdo al procesamiento, al ex jefe de finanzas del Ejército se le imputa un presunto perjuicio fiscal de 34 millones de pesos, que en la actualizad se cifran en $42,3 millones. 

El caso surgió como parte de una de las aristas que involucra a Fuente-Alba por presunta malversación de caudales públicos por un monto aproximado de $3.500 millones, monto actualizado de los $2.980 millones de presunto perjuicio fiscal estimado al año 2014.

La ministra mantuvo a Santic la medida cautelar de prisión preventiva en el Batallón de Policía Militar de Peñalolén y dispuso un embargo total de bienes por un monto de cien millones de pesos.

Según ha trascendido, Santic habría tenido un rol crucial en el sistema utilizado en el Ejército para hacer mal uso de los gastos reservados. 

Los antecedentes por los que se procesó al ex tesorero

En el procesamiento, se detallan las dos aristas por las que se investiga a Santic, ambas vinculadas con una empresa de nombre Tecnodata.

La arista -detalla la ministra- surge luego que funcionarios del Ejército y de la Tesorería del Estado Mayor General solicitaran y consiguieran facturas falsas de la firma, con el objetivo de obtener "indebidamente fondos fiscales". Uno de los mecanismos, consistía en realizar órdenes de compra por supuestas ventas de insumos computacionales, particularmente de cartuchos de tinta, tóneres y cartridges para el abastecimiento de la Tesorería del Estado Mayor General del Ejército, adaptándose a los montos o cantidades acordados entre el proveedor y los funcionarios de esa Institución que eran los encargados de confeccionar la documentación de respaldo y obtener su pronto pago.

Una vez concretada la venta, las facturas falsas eran ingresadas a la contabilidad de la institución. Posteriormente, en algunos casos, los dineros eran retirados por funcionarios, quienes se quedaban con parte del monto (el correspondiente al IVA y al 15% del valor de la factura), entregando el resto, en efectivo, al miembro del Ejército que se lo había solicitado.

En otros casos, se les entregaban objetos como televisores, notebook, monitores, DVD, videograbadores, computadores, tablets, pendrive, sistemas de audio, Home theater, relojes, celulares, reproductor Blueray, impresoras, Ipad, fax y cámaras Handycam, entre otros, "de los cuales dispusieron en beneficio personal y de terceros, y en perjuicio del Ejército", detalle la ministra en el procesamiento.

"Todo lo anterior estaba en conocimiento del Director de Finanzas del Ejército de la época, quien además, en caso de faltar recursos para el pago de las facturas falsas aludidas", señala. 

 

Publicidad