Fue el pasado sábado que Luis Aliaga subió un video a su cuenta de Instagram donde mostraba la realidad que debe enfrentar su hermana de ocho años, Yazunari, para poder acceder a clases virtuales en medio de la pandemia.

“Para los que me conocen saben de qué hablo, y la realidad de mi hermana es la misma de muchos otros, así como peores casos siempre los hay”, comenzó diciendo el hermano mayor de la niña en la publicación.

Fue en este posteo que el joven compartió la historia de la pequeña, donde contó que debido a la mala conexión a internet que tienen en su hogar, deben ir hasta el cerro “para darle un poco más de ‘calidad’ a las clases online”. Caminan alrededor de 20 minutos hasta llegar al lugar indicado, instalan la carpa, prenden el notebook e inician la clase. “La Yazu espera que no sea tan larga la clase sino se le descarga el pc, (al menos el modo ahorro de energía ayuda)”, comenta en la publicación.

“Siempre hay casos más extremos, y conozco esa realidad, vivir por años en el campo se ve la desigualdad y las oportunidades de conectividad que no son las mismas a que la gente de ciudad tiene acceso. Por eso hay niños que deben caminar kilómetros para buscar señal, o que no cuentan con los recursos o herramientas para esta situación y poder educarse de la manera correcta”, fue el texto con el que cerró el posteo Luis Aliaga.

Yazunari y su familia viven camino a Toltén, en el sector de Filoco (una localidad rural de Pitrufquén), en la comunidad mapuche Manuel Lemunao en la región de La Araucanía. Cursa Cuarto Básico y a clases presenciales no va desde marzo de 2020, cuando inició la pandemia, sin embargo ha buscado la forma de poder seguir conectada con sus compañeros y seguir sus estudios.

Para eso, solo logra conectarse arriba de un monte, al que sube de lunes a viernes, tras una larga caminata por el campo.

Este lunes, la niña inició su tercera semana de clases en la Escuela Huefel-Comuy. Pese a las dificultades, es una de las más destacadas en el curso y de grande, sueña con ser veterinaria. “Le va muy bien, el año pasado pasó con un 6,8 de promedio”, contó Ana María, madre de la pequeña, a La Tercera.

Por otro lado, su hermano reveló que el año pasado, Yazunai se compró su propio computador. “Juntó el dinero todo el año: vendió varias ovejas y dos corderos, ahora se quedó con tres”.

Frente a este panorama la pregunta es: ¿Hasta cuándo Yazu tendrá que seguir subiendo al monte para asistir a sus clases online?

Lo hará hasta que comiencen las lluvias, porque ella tiene problemas en sus riñones y no podemos exponernos a que esté en la humedad y se enferme. Lamentablemente, si no se soluciona el problema va tener que ir a buscar las guías”, dice su mamá. La carpa naranja es por ahora el mejor aula que encontró, aunque ahora el clima amenace su difícil rutina estudiantil”, comentó la mamá.

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