Un menor de edad de tres años se intoxicó al ingerir cloro en una cafetería en la ciudad de Concepción mientras comía con sus padres. 

Según los relatos del padre y la madre del niño, la familia se encontraba consumiendo un café en una cafetería de paso cuando su hijo tomó un vaso que se encontraba en el mesón pensando que era el de su padre. 

"¿Qué seguridad te da ir a un local a comer?, ¿Por qué un niño va a cuestionar que un vaso que está sobre la mesa va a tener cloro? Yo no tengo cloro en las tasas de mi casa", alega el padre de la víctima. 

El menor de edad inmediatamente comenzó a mostrar sarpullido alrededor de su boca, convulsiones y náuseas. "Tenía los ojos llorosos y comenzó a convulsionar como queriendo vomitar. Entonces agarro el vaso, y me doy cuenta que hay un líquido blanquecino en el vaso", cuenta la madre. 

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Tras darse cuenta de que el líquido consumido había sido cloro, los encargados del local llamaron a una ambulancia que no llegó, por lo que facilitaron un Uber para que la familia se trasladara al Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente.

El seremi de Salud de la Región del Biobío comenzará una investigación para determinar las causas del accidente. Por ahora se están recopilando los antecedentes para luego pasar a los procesos de investigación y en caso de que corresponda, realizar una indagatoria que llevaría a un sumario sanitario. "No puede haber un vaso con cloro en una mesa donde se sirven alimentos. Eso no puede pasar", aclaró. 

Recomendaciones en caso de que un niño consuma cloro

La doctora Gilda Sepúlveda, jefa de la unidad pediátrica del Sanatorio Alemán destacó que en ningún momento hay que inducir el vómito de los niños, pues el cloro produce "erosiones en la mucosa bucal, en el tracto respiratorio alto y la parte gastrointestinal lo cual nunca es recomendable que el niño tenga que vomitar".

"El agua va a ser nuestro mejor amigo, con un paño de agua lavarle la boca al niño o con un vaso enjuagar la boca y escupir", explicó.  En caso de que el niño no reaccione, se debe llevar de inmediato al servicio de urgencia más cercano para asistir al menor.

Dentro de los síntomas que se pueden apreciar cuando un niño ingiere cloro, se pueden encontrar erosiones en la boca, sequedad bucal, lagrimeo, conjuntivitis, ojos rojos y náuseas. 

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