Un conjunto de estudios científicos ha encendido una seria alerta sobre la auténtica composición del jurel enlatado que circula en el mercado chileno, especialmente el que proviene de China. A pesar de tratarse de un producto ampliamente consumido en el país, presente en hogares, programas sociales y ayuda alimentaria, recientes análisis revelan que parte de estas conservas no contienen jurel, sino una especie diferente y de menor valor nutricional.
Una de las investigaciones clave fue realizada por el Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad Católica (DICTUC), que examinó 200 muestras de jurel enlatado comercializadas en Chile. Al comparar ejemplares capturados en aguas nacionales con productos importados desde Asia, se detectaron diferencias morfológicas y de tamaño que alertaron a los científicos.
“No es jurel. El rotulado es incorrecto”, afirmó Natalia Morales, fisicoquímica microbióloga del DICTUC. Según explicó, las conservas de origen chino no corresponden a la especie Trachurus murphyi (jurel chileno), lo que implicaría una vulneración grave a las normas de etiquetado y comercialización.
Un segundo estudio, encargado al laboratorio 5M, confirmó la sospecha: las latas contienen especies distintas que podrían ser caballa o sardina, especies que posee un menor contenido proteico y calidad nutricional. “Lo que está entrando al mercado como jurel es en realidad caballa o sardina. Nuestros niños están consumiendo un producto de menor calidad”, denunció Macarena Cepeda, representante de la Asociación de Industriales Pesqueros del Biobío.
La caballa o las sardinas son especies distintas, de menor tamaño y menor valor nutricional que el jurel chileno. Aunque se consume en algunos países, no cumple con las mismas propiedades proteicas ni sabor característico del jurel auténtico. Su uso como sustituto sin informar al consumidor podría constituir una infracción grave a la Ley de Protección al Consumidor.
Casi el 50% del jurel en el mercado chileno viene de China
La situación se vuelve aún más preocupante considerando el aumento sostenido del jurel importado desde China, que actualmente representa casi el 50% de la oferta nacional. Según la industria, este fenómeno es inconsistente con los registros pesqueros del país asiático. “China no ha declarado capturas de jurel en al menos tres años. Entonces, ¿de dónde proviene el jurel que están vendiendo a Chile?”, cuestionó Cepeda, insinuando que el etiquetado podría ser engañoso o incluso fraudulento.
El impacto de estas revelaciones ha generado repercusiones en el ámbito público. La Municipalidad de Paine, que en 2023 compró más de 1.200 cajas de ayuda social con conservas rotuladas como jurel (por un valor cercano a $37 millones de pesos), ha solicitado explicaciones formales y fiscalizaciones urgentes.
Diversas entidades y consumidores exigen hoy que las autoridades sanitarias y del comercio inspeccionen los productos, verifiquen el cumplimiento de normas de etiquetado y, de ser necesario, inicien acciones legales contra las empresas que comercializan conservas bajo información falsa o confusa.