En un mes y medio, el Palacio Larraín dejará de funcionar como se le conoce hasta ahora, luego que los dueños del inmueble dieran por terminado el contrato de arrendamiento que tiene el gestor del proyecto, José Antonio Ilianovich.
La propiedad, que fue diseñado por el arquitecto Gustavo Mönckeberg en estilo neorrococó con elementos art nouveau, pasará a convertirse en un conventillo de arriedo de habitaciones.
El palacio que fue inaugurado en el año 1913, cuenta con 3 mil metros cuadrados construidos, de los cuales hoy se encuentra habilitado la mitad, un espacio que actualmente se utiliza como una especie de máquina del tiempo, donde la ciudadanía puede ir a ver cómo era la vida en Santiago al inicio del siglo XX.
“En 20 años armamos una casa-museo. Buscamos cada detalle para que quedara como era el palacio en esa época. A diario recibimos colegios, diferentes grupos de personas que se sumergen en nuestra historia, un Santiago inspirado en la cultura europea. En definitiva, lo que hacemos, es invitar a reflexionar cómo hemos avanzado como sociedad. Es un lugar en el que la ciudadanía tiene interés, en el último día del patrimonio recibimos seis mil personas. Con este cierre lo que se está haciendo es matar parte del patrimonio de Santiago", afirmó Ilianovich.
La última exposición del Palacio Larraín
“Grandes Personajes de la Historia Naval” será la última exposición que se podrá apreciar en el palacio a partir de este sábado 4 de octubre, antes del cierre del lugar.
“Es tremendamente triste despedir un lugar que representa no sólo parte de la historia de Chile, sino que del alma de una sociedad. Llegamos con esta exposición en un momento de dolor profundo. La cultura está de luto, el no respetar y conservar espacios como el Palacio Larraín habla muy mal de nosotros como sociedad, porque nos estamos quedando sin historia, sin arraigo y sin alma”, comenta el escultor y cirujano plástico, Héctor Valdés.
“Queremos que la ciudadanía vea el valor y lo que significa conservar la historia, en esta exposición podrán ver el batallón histórico de Chile, veteranos de la Guerra del Pacífico, personas de época. Una analogía a la lucha que estamos dando hoy, para no permitir que nos cierren las puertas de nuestra historia”, señaló por su parte Ilianovich.
El cierre del Palacio Larraín
El pasado 23 de mayo José Antonio Ilianovich, gestor del proyecto, anunció el cierre del proyecto patrimonial. La propiedad tiene tres pisos, una mansarda y una cúpula, cuenta con 88 habitaciones y 14 baños, además y varios salones.
Desde el año 1978 hasta comienzos de los 2000 se utilizó como arriendo de pieza, sin embargo, durante los últimos 20 años se recuperó como un lugar patrimonial. Ahora volverá a ser un conventillo de arriendo de habitaciones.
De acuerdo a Illianovich, “A la familia le hicimos una propuesta por el arriendo total de la propiedad, pero se negaron. Buscamos ayuda en las autoridades, pero no hubo respuesta, el alcalde de Santiago nos cerró la puerta, dijo que era una pelea entre privados, sin embargo, este lugar tiene protección y título de conservación histórica. La ministra y la subsecretaria de cultura no reciben a nadie. Yo me pregunto cómo a ninguna autoridad le va a interesar que conservar nuestro patrimonio ¿tan poco queremos a nuestra ciudad? Nos vivimos lamentando y aquí tenemos una oportunidad de aportar a la ciudad, esto merece ser resguardado”.