El Juzgado de Garantía decretó prisión preventiva para el hombre acusado de mantener secuestrada a su pareja durante cuatro días en Lebu, región del Biobío. El hecho se conoció el pasado fin de semana, cuando la mujer logró soltarse de las amarras con los dientes y pidió ayuda a la policía. 

La mujer estuvo cuatro días presa en poder del hombre y la Fiscalía de Lebu acreditó que fue amarrada de manos y cuello, y fue además constantemente amenazada con un objeto cortopunzante. 

La víctima es una mujer de 39 años y el imputado un hombre de 36 años. Ella logró escapar luego de que el acusado se quedara dormido luego de beber alcohol. 

“El tribunal acogió nuestra teoría en relación a las lesiones con las que contaba la víctima, y que eran compatibles con estas maniobras de amarre realizadas por el imputado, que eran lesiones circulares en ambas muñecas, y también unas lesiones en el cuello”, dijo el fiscal de Lebu Johnny Cares. 

“Se encontró también un elemento punzante que era utilizado por el imputado para intimidar a la víctima cuando la sacaba a la vía pública para poder abastecerse de víveres”, añadió. 

La mujer intentó cambiar el relato que había entregado ante la policía, en el que acusaba al sujeto de mantenerla secuestrada, pero la fiscalía consideró que su nuevo testimonio respondía al círculo de violencia del que es víctima. 

“En la declaración prestada por la víctima en el Ministerio Público, vino a retractarse, manifestando que los hechos habrían ocurrido de una forma distinta a lo que ella había señalado ante la policía”, contó el fiscal del caso. 

“Se hizo ver al tribunal que estábamos ante un fenómeno psicológico, que forma parte del círculo de la violencia que consta de tres etapas: la tensión, la crisis y la reconciliación. Precisamente esta retractación obedece a estar tercera etapa. Luego de ocurrido el hecho llega esta etapa que también se conoce como luna de miel”, aclaró. 

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