El aumento de encerronas y portonazos protagonizados por adolescentes ha encendido las alertas. Aunque las autoridades reconocen que se trata de un fenómeno en expansión, el sistema aún muestra falencias críticas, especialmente cuando se trata de fiscalizar medidas cautelares como la internación nocturna en centros del Sename.
Así lo reveló Reportajes Teletrece, donde se exhibió el caso de un joven de 17 años, que a pesar de que ya había ya formalizado por delitos anteriores, seguía cometiendo portonazos y encerronas mientras debía pernoctar cada noche en un centro de internación semi cerrado.
Las fotografías en su teléfono incautado, delataban la participación en al menos 11 delitos de este tipo junto a una banda compuesta exclusivamente por menores de edad.
Jóvenes dejan de asistir al Sename y tribunal puede tardar semanas en intervenir
Una de las principales preocupaciones es lo que ocurre después de la detención. Muchos adolescentes quedan con medidas cautelares como la internación nocturna en centros del Sename. Sin embargo, si un joven deja de asistir, pueden pasar semanas antes de que el tribunal reaccione.
El proceso es lento y funciona así: primero se intenta contactar al adolescente, se visita su domicilio, y si no se logra justificar su ausencia, recién entonces se informa al tribunal. Solo después de eso se puede solicitar una audiencia para formalizar el quebrantamiento de la medida.
“Si el servicio no nos informa, es imposible que tomemos medidas. Por eso es clave el monitoreo”, explicó Álvaro Murcia García, director subrogante de la Unidad de Responsabilidad Penal Adolescente de la Fiscalía Nacional.
Pero ese monitoreo no siempre ocurre a tiempo, y no hay consecuencias inmediatas para quienes abandonan las medidas impuestas.
Desde el propio Sename reconocen sus limitaciones, señalando que “no podemos garantizar que un adolescente no se vea involucrado en situaciones como esta. No es lo que uno espera, pero hay factores que no tenemos posibilidad ni injerencia de controlar al 100%”, señaló María Emilia Moreno, jefa de la Dirección Juvenil del organismo.
Las preocupantes cifras de reincidencia
Según Carabineros, el 44,1% de los imputados por robo violento de vehículos en 2024 fueron adolescentes. Y las proyecciones apuntan a que este año podría ser el primero en que los menores superen en participación delictiva a los adultos en este tipo de crímenes.
Del total de adolescentes condenados entre 2023 y 2024 por delitos como robo con violencia o receptación, solo el 4% recibió penas en régimen cerrado. La mayoría cumple sus sanciones en libertad o bajo medidas que no siempre se fiscalizan correctamente.
A esto se suma un dato que preocupa aún más: ninguna autoridad consultada pudo entregar cifras de reincidencia entre menores condenados por estos delitos.
Adultos estarían utilizando a adolescentes para ejecutar delitos de robos con violencia
Mientras tanto, los mismos delitos cometidos por adultos disminuyeron en ese mismo periodo.
Una de las hipótesis más repetidas es que los adultos estarían utilizando a menores para cometer delitos, conscientes de las sanciones más bajas y la menor efectividad del sistema en fiscalizar su cumplimiento.
Todo esto ocurre en medio del proceso de transformación del Sename al nuevo Servicio Nacional de Reinserción Social y Juvenil, que debería enfocarse justamente en corregir estas fallas.