Sergio Yáber busca colaborar con la Fiscalía.

Así al menos ha trascendido durante las últimas semanas, pues se encuentra aportando información al Ministerio Público para el avance de la investigación de la denominada trama “muñeca bielorrusa".

Pero esa no es la única preocupación de Yáber -investigado por el delito de lavado de activos-, sino que también defenderse del sumario en el cual es indagado por la Corte de Apelaciones de San Miguel.

El conservador fue suspendido de sus funciones, pero su idea es revertir esa situación y, por lo tanto, al igual que lo ocurrido en la causa penal, su intención es colaborar.

Para destrabar las interrogantes en torno a su actuar administrativo, contrató los servicios del abogado Guillermo Chahuán, quien se especializa en la tramitación de delitos económicos, ilícitos relacionados con el mercado de valores, delitos contra la probidad y administración pública, entre otros.

El nombre de Chahuán es conocido en el ámbito judicial, y también en las causas de alta connotación pública, como por ejemplo, por su rol como abogado defensor de Miguel Crispi en el caso Fundaciones, y también de la exministra del Interior, Izkia Siches, en una causa de omisión de denuncia.

En el área penal

Chahuán se dedicará a todo lo que tenga que ver con el sumario, porque en paralelo, Yáber también fichó al abogado Marcelo Hadwa para que patrocine su defensa ante la Fiscalía.

En la causa -en que también están imputados los abogados Mario Vargas, Eduardo Lagos y Gonzalo Migueles- Yáber ya declaró una vez. Sin embargo, se espera que siga siendo interrogado en nuevas oportunidades en la causa.

Por ahora, no ha sido formalizado y sólo pesa en su contra una querella del Consejo de Defensa de Estado (CDE).

Para Yáber no fue fácil cerrar una defensa en torno a su rol en el caso, algo similar a lo que le ocurre a otros imputados en la causa. Fuentes judiciales advierten que no es fácil tomar una causa como esta, dado el impacto que está teniendo tanto a nivel Judicial, como Legislativo.

El mapa en torno a las defensas de los imputados de la trama bielorrusa aún no termina de configurarse del todo. Y no será fácil. 

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