Vecinos del sector norte de Talca, en la región del Maule, están pidiendo medidas urgentes ante lo que consideran una situación insostenible: el funcionamiento del crematorio Las Rosas, ubicado a metros de sus casas, el cual estaría afectando gravemente su calidad de vida.

El recinto fue inaugurado hace dos años y, según denunció la comunidad en diciembre pasado, comenzó a operar sin haber realizado ninguna instancia previa de consulta o diálogo con los residentes del sector. La cercanía del cinerario con las casas es la principal fuente de preocupación, ya que desde su apertura se han registrado diversos episodios críticos.

Las alarmas se encendieron cuando los vecinos notaron que desde las chimeneas del crematorio se liberaban emisiones que alcanzaban sus viviendas. Estas partículas, aseguran, habrían generado síntomas físicos en algunos habitantes.

Pilar Olfos, vecina del lugar, relató un episodio ocurrido en agosto que la afectó directamente. "Estábamos esperando locomoción en la avenida Lircay y empezamos a sentir lagrimeo, ardor ocular y en la garganta, pero no sabíamos por qué pasaba esto". Olfos sufre una alergia severa, y temió que el contacto con estas sustancias pudiera tener consecuencias graves para su salud. Incluso señaló que al tener contacto con las partículas, experimentó una fuerte reacción alérgica: "Me enronché, tuve urticaria en todo el brazo, incluso se me hinchó la mano, entonces para mí es gravísimo".

A este caso se suma un nuevo episodio ocurrido el miércoles 7 de mayo, cuando varios residentes denunciaron la presencia de una humareda que venía desde el crematorio. Una vecina comentó, “desde alrededor de las 19:30 horas, el crematorio empezó a emanar humo, fueron alrededor de cinco seis horas. Hubo un minuto que ese humo ardía al rojo vivo y era una cantidad impresionante que cubrió todo el sector. El aire se hacía irrespirable para nosotros. Es un olor que no sé cómo explicarte.

El malestar entre los vecinos ha ido creciendo. Solicitan el cierre definitivo del recinto y aseguran que la situación ha afectado su salud y bienestar diario. Vamos a ser enfáticos y categóricos. Nosotros lo que queremos es que esto desaparezca de acá. No queremos un crematorio a 15 metros de nuestras casas. Esta es una carga emocional muy alta para nosotros. Aparte que está en riesgo la salud de nuestros adultos mayores, de nuestros hijos. Aquí hay gente que no puede salir al patio de sus casas preocupados de lo que están respirando”, expresó la misma vecina.

Cabe recordar que en diciembre, a raíz de las denuncias vecinales, la Seremi realizó una fiscalización al recinto, detectando fallas en los dos hornos en funcionamiento. En ese momento, se ordenó la suspensión temporal de las actividades del crematorio. No obstante, el cinerario retomó sus operaciones en marzo.

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