Bloomberg

La economía china se aceleró por primera vez en dos años en el último trimestre de 2016, consolidando así una estabilización económica, que está dando un colchón a los líderes en su transición hacia una política monetaria neutral y para aprestarse a potenciales tensiones comerciales con Donald Trump.

Comparado con igual periodo del año anterior, el producto interno bruto (PIB) aumentó 6,8% en el último trimestre, mientras que la expansión del año completo de 6,7% fue la más lenta desde 1990, pero aun así se anotó en el promedio de la meta oficial de entre 6,5% y 7%.

China avanzó a través de un volátil comienzo de año, impulsada por el consumo robusto de una clase media cada vez más rica.

El consumo contribuyó en 64,6% al crecimiento de 2016. Los servicios, que representaron más de la mitad de la producción por primera vez en 2015, constituyeron 51,6% el año pasado, según datos oficiales. 

Las ventas minoristas aumentaron 10,9% interanual en diciembre, cifra que se consolidó como el registro más firme en un año y por sobre el 10,7% del avance previsto. 

La producción industrial subió 6% en diciembre frente al año anterior, en comparación con un alza estimada de 6,1%.

En cuanto a las proyecciones de crecimiento de la economía china en 2017, el Fondo Monetario Internacional subió su pronóstico a 6,5%.

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