Definitivamente el 4 de noviembre es una fecha emblemática para el sistema de pensiones chileno. En 1981, el régimen militar firmó el Decreto Ley 3.500, con el que se dejó atrás el modelo de reparto y se inició uno nuevo basado en la capitalización individual. A 36 años de esa fecha, el  sistema de AFPs enfrenta uno de sus momentos con mayores críticas y aprovechando el emblemático día el movimiento "No+AFP" llamó a una jornada de paro nacional que ya suma varias manifestaciones y actos de violencia en distintos puntos de Santiago. 

Las bajas pensiones que ha generado el sistema son uno de los aspectos más cuestionados en las distintas manifestaciones ya realizadas por el movimiento durante el año. La petición del movimiento apunta derechamente a cambiar nuevamente de modelo, hacia uno de reparto. 

La respuesta del gobierno, en base a las recomendaciones de la Comisión Marcel y Bravo, apunta a mejorar el actual sistema, sumando un 5% de aporte adicional de parte de los empleadores —cuyo destino aún no se define, es decir, si irá a un fondo común o a las cuentas de los afiliados— y una serie de reforzamientos como el Pilar Solidario para las pensiones mínimas. Pero esos anuncios no amainaron las críticas de "No+AFP".

La raíz del sistema de AFP

En los años 70, el sistema de reparto vigente en el país, también conocido como de “cajas”, arrastraba distintos problemas en su gestión. Básicamente los fondos que reunía no eran suficientes para garantizar el pago de las pensiones, entre otros aspectos. 

Luego de varios meses de trabajo, el entonces ministro del Trabajo, José Piñera, convenció a los miembros del Gobierno Militar de poner en marcha un sistema privado, que según ha trascendido con posterioridad no tenía inicialmente el apoyo de todos los miembros de la junta, pero finalmente fueron cambiando de opinión.

El modelo básicamente apuntaba a rentabilizar los fondos individuales de cada trabajador, lo que permitiría que con el tiempo dichos fondos crecieran asegurando una pensión muy similar al sueldo normal de cada cotizante. De hecho, las versiones de prensa de la época recalcaron con fuerza lo dicho por distintas autoridades en esta línea.

José Piñera, como ideólogo, sigue defendiendo el sistema. Entre sus argumentos, sostiene que del capital total que hoy se maneja en las cuentas de ahorro, sólo un 23% se debe a los aportes de los afiliados, mientras que un 73% se ha originado en la rentabilidad de los fondos. “Los fondos de pensiones han rentado en promedio un 8,6% al año, por encima de la inflación, durante los 33 años del período entre junio de 1981 y septiembre de 2014”, plantea en su sitio web. Destaca además que el modelo ha sido imitado por un abanico "amplio" de países en el mundo. Más de treinta, asegura.

En el marco de esta defensa, José Piñera eligió también este 4 de noviembre para relanzar su revista Economía y Sociedad, con la que busca poner sobre la mesa diversos aspectos relevantes del sistema.

Publicidad