Una superestrella del fútbol, una actriz y un rapero, todos en una misma sala.

No se trata del comienzo de un chiste, sino de un curso de cuatro días de educación ejecutiva en la Escuela de Negocios de Harvard, en Estados Unidos.

Entre los estudiantes que tomaron el curso de Negocios del Deporte, Medios y Entretenimiento el mes pasado estaban el defensor de fútbol del FC Barcelona Gerard Pique, la actriz Katie Holmes y el jugador de rugby irlandés Jamie Heaslip.

El rapero LL Cool J es otro exgraduado.

"Muchos de los participantes quieren saber cómo monetizar su marca y construir un negocio alrededor de ella, y como abordar una segunda carrera después de la actual", dice la profesora Anita Elberse quien dirige el curso.

El trabajo de Elberse podría sonar como una de las peores pesadillas de un profesor.

Hay celebridades que no están acostumbradas a que se les diga lo que tienen que hacer o que hicieron algo mal.

Pero ella insiste en que ninguno recibe tratamiento especial.

"Ellos saben que si dicen algo que no tiene sentido, yo o alguien de la clase les dirá que están equivocados", dice. "Esa es una de las razones por las que disfrutan tanto el curso".

Durante el período de las clases, los participantes comen juntos y duermen en Harvard.

Y cuando una celebridad se inscribe en el curso, la profesora Elberse suele llamarla para asegurarse de que sepa lo que le espera.

"Hasta ahora todos ellos han estado muy comprometidos", dice. "No me decepcionaron".

La razón por la que muchos grandes nombres del deporte y el entretenimiento se anotan en estas clases es para capitalizar en esos campos la creciente importancia de sus marcas individuales como superestrellas.

Grandes apuestas

La profesora Elberse identificó la tendencia en su libro, "Blockbusters" (Éxitos de taquilla).

Ella argumenta que construir un negocio alrededor de "productos de gran éxito" -como un pequeño número de películas de alto impacto, grandes inversiones, programas de televisión, libros o nombres de estrellas- es "el camino más seguro para el éxito a largo plazo".

Equipos de fútbol como el FC Barcelona y Real Madrid son excelentes ejemplos, qué han logrado éxitos deportivos y comerciales dedicando gran parte de sus presupuestos a contratar unas pocas estrellas como Cristiano Ronaldo o Neymar Jr.

El surgimiento de una superestrella ha sido acelerado por las redes sociales, que han facilitado que los individuos conecten directamente con sus fanáticos, en lugar de hacerlo a través de agentes o medios.

El jugador irlandés de rugby Jamie Heaslip debió haber salido de gira a Nueva Zelanda con los Lions el mes pasado, pero una lesión seria hizo que tuviera tiempo para asistir al curso de este año.

Heaslip espera aplicar lo que aprendió en su propio deporte.

"Me fascinó la teoría del 'éxito de taquilla' y cómo se puede implementar en el rugby, que sólo es profesional desde hace 20 años, por lo que es un deporte relativamente joven", dice.

"Observamos cómo otros deportes se han vendido como productos de entretenimiento y cómo todos los involucrados en un deporte son actores que pueden tener un papel fundamental en el crecimiento del juego", agrega.

"Tuve algunas conversaciones interesantes con (el jugador de baloncesto) C.J. McCollum sobre las diferencias entre los negocios del rugby y la NBA".

Heaslip señala que estaría interesado en trabajar para hacer crecer el rugby en nuevos mercados después de su retiro.

Posibilidades deportivas

El curso de la profesora Elberse podría tener impacto en el futuro del deporte y el entretenimiento, si sus estudiantes pasan a convertirse en líderes en esos sectores de la economía.

Gerard Piqué, quien incluso suena como futuro presidente del FC Barcelona, ¿aplicará la teoría del 'éxito de taquilla' para dirigir el club catalán?

"No lo sé, pero le dije que si él es presidente entonces le insistiré para que yo sea vicepresidenta", bromea.

El curso se enseña utilizando el método de estudio de caso de la Escuela de Negocios de Harvard.

Los alumnos estudian 10 ejemplos recientes de éxitos y fracasos en el deporte, entretenimiento y la música.

Estos incluyen la apuesta de Beyoncé para lanzar un álbum en 2013 sin ninguna campaña de marketing ni promoción previa y la decisión de una productora de vender la serie de televisión House of Cards a Netflix en lugar de una cadena de televisión tradicional en 2011.

Los estudiantes se dividen en grupos pequeños para discutir los casos de estudio, luego los equipos presentan sus conclusiones al resto de la clase.

"Hago preguntas y espero que lleguen a las respuestas y les brindo modelos de cómo pueden pensar o enmarcar la discusión", dice la profesora Elberse, quien también enseña en el Master de Administración de Negocios en Harvard.

Clases diversas

Jamie Heaslip tiene una licenciatura en ingeniería médica y una maestría en negocios.

Él dice que el método de estudio de caso era muy diferente a lo que he experimentado en su propia educación, además de resultarle "muy perspicaz".

Esto fue en parte por los antecedentes de sus compañeros de estudio: sólo 10 venían del lado del "talento" del deporte y el entretenimiento y el resto de la administración y de los negocios.

"Había altos ejecutivos que dirigían empresas de televisión y de estudios de cine en la sala, así que era realmente interesante tener su perspectiva", dice.

El curso cuesta US$10.000 y no se requieren calificaciones educativas previas.

Con alrededor de 60 estudiantes que asisten cada año, los críticos podrían decir que es una fuente fácil de ingresos para Harvard.

El profesor Dan Sarofian-Butin, decano fundador de la escuela de educación y política social en el Colegio Merrimack de Massachusetts, Estados Unidos, dice que estos cursos se basan en el prestigio de Harvard.

"La gente puede decir que fue a Harvard y que estudió con otros alumnos muy interesantes y atractivos, y recibieron educación de un profesor conocido", dice.

Sarofian-Butin afirma que los estudiantes en los cursos de educación ejecutiva ya están dentro de la industria por lo que pueden saber más sobre sus sectores que un profesor.

Pero dice que todavía pueden beneficiarse si el profesor es capaz de ayudarlos a obtener nuevos conocimientos.

"Esto es lo que un buen profesor puede hacer: tener la capacidad de señalar las cosas que son obvias, pero sólo una vez que eres capaz de ver el panorama general de la situación", dice.

Publicidad