Una medida de los precios subyacentes a los productores de Estados Unidos registró en septiembre su mayor caída mensual en más de cuatro años, lo que se suma a las señales de presiones inflacionarias moderadas que potencialmente ofrece a la Reserva Federal más margen para bajar las tasas de interés. 

Excluyendo alimentos y energía, el Índice de Precios a los Productores (PPI, su sigla en inglés) cayó 0,3% frente al mes anterior, mostró un reporte del Departamento de Trabajo. El mercado esperaba un alza de 0,2%. Las cifras anuales cayeron al 2%, por debajo del 2,3% del mismo período del año pasado.

En cuanto al índice general, el dato también retrocedió 0,3% desde agosto y subió 1,4% en un año, su menor avance desde noviembre de 2016.

"Una caída inesperada del 1% en el componente de 'servicios comerciales', que mide los márgenes de beneficio mayorista y minorista, explica aproximadamente la mitad del subimpulso en el núcleo", dijo Ian Shepherdson, economista de Pantheon Macroeconomics, según Financial Times.

Señales a la Fed

Las débiles lecturas de inflación llegan poco después de las cifras de manufactura en la primera economía mundial que mostraron una contracción, de un menor gasto del consumidor y de una desaceleración del crecimiento en medio de la incertidumbre causada por la guerra comercial entre EE.UU. y China. 

Estos indicadores han alentado la idea de que el banco central estadounidense podría volver a bajar las tasas en la reunión de fines de este mes -por tercera vez en el año, tras una pausa de más de una década, a pesar de que las autoridades no han dado señales de que habrá más recortes en 2019. 

Por ejemplo, el domingo, la presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, rechazó la idea de que la entidad debería bajar los tipos para tratar de impulsar la baja inflación. 

Por su parte, el Presidente Donald Trump ha pedido reiteradamente a la Fed que baje las tasas de interés para impulsar el crecimiento económico, por considerar que el país está en desventaja frente a las acciones de los bancos centrales de otros países del mundo y de la "manipulación de divisas" de China.

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