AFP

Los intercambios comerciales de China volvieron a caer en julio, según datos publicados el lunes, que reflejan tanto las incertidumbres de la economía mundial como la debilidad de la demanda interna de la potencia asiática.

Las exportaciones chinas totalizaron 184.700 millones de dólares, en baja de 4,4% respecto a julio de 2015, en su cuarto mes consecutivo de retroceso, precisó la Administración de Aduanas.

Las importaciones cayeron por 21er mes consecutivo, un 12,5%, a 132.400 millones de dólares.

Esas cifras son bastante peores de lo esperado: los analistas consultados por la agencia Bloomberg auguraban por término medio una caída del 3,5% de las exportaciones y de un 7% de las importaciones.

Las estadísticas de las Aduanas se miran con lupa para evaluar la salud de la segunda economía mundial: el comercio exterior sigue siendo uno de los pilares del PIB chino, a pesar de los esfuerzos de reequilibrio realizados por Pekín.

Las exportaciones ya habían bajado más de un 4% en mayo y casi un 5% en junio, a pesar de que la depreciación de la moneda china las hacía más atractivas.

"El refuerzo de la actividad manufacturera en los socios comerciales clave deChina no ha comportado ningún aumento de las exportaciones [...] y el crecimiento mundial seguirá siendo sombrío este año", comentó Julian Evans-Pritchard, experto del gabinete Capital Economics.

Las Aduanas destacaron el mes pasado el aumento del coste de la mano de obra china, las pérdidas de pedidos debido a la deslocalización de la industria y la incertidumbre económica que planea sobre los países desarrollados.

"El crecimiento sin brillos que esperamos en Europa y Japón en el segundo semestre seguirá comportando probablemente una reducción de las exportaciones chinas", señaló Louis Lam, del banco ANZ.

Anteriormente, las Aduanas habían publicado los resultados en moneda china y éstos daban cuenta de un alza del 2,9% interanual de las exportaciones, lo que refleja la fuerte depreciación del yuan frente al dólar a lo largo del año transcurrido.

En yuanes, los intercambios de China con la Unión Europea, su primer socio comercial, avanzaron los siete primeros meses del año (+1,8%), mientras que aquellos con Estados Unidos y con los países del sureste asiático (ASEAN) cayeron un 4,8% y un 2,2% respectivamente.

Fuga de capitales

La situación es igualmente mala en el plano de las importaciones, en caída continua desde hace casi dos años, si bien los precios de algunas materias primas han bajado.

En los siete primeros meses de 2016, el volumen del petróleo importado porChina subió un 12,1% en un año, estimulado por un precio de compra atractivo (dado que la cotización del barril cayó en promedio un 26%).

Aún así, la caída prolongada e interminable de las importaciones chinas atestigua, según los expertos, un economía en crisis.

La actividad de las firmas exportadoras se ha visto muy afectada, aunque la venta al por menor, barómetro del consumo, seguía siendo fuerte (+10,3% en el primer semestre), subrayó Lam.

"El hundimiento repentino de las importaciones en julio sugiere que hubo una caída de la inversión interna", apuntó Yang Zhao, analista de Nomura.

Según Yang, la única opción que le quedará a Pekín será introducir nuevas medidas de flexibilización monetaria durante este año.

Estos malos resultados se enmarcan en un panorama de por sí sombrío para la segunda economía mundial: la industria sigue lastrada por capacidades excesivas de producción masivas; el incremento de la deuda pública y privada preocupa y las reformas estructurales prometidas están atascadas.

El gobierno se esfuerza por reequilibrar el modelo de crecimiento del país hacia los servicios, las nuevas tecnologías y el consumo interno, pero la transición está resultando dolorosa.

El excedente comercial interanual chino aumentó en 52.300 millones de dólares en julio, contra 48.100 millones el mes anterior, precisaron las aduanas.

Este excedente no impidió una reducción de 4.100 millones de dólares en las reservas de divisas del país en julio (una cifra publicada el domingo por el banco central), lo cual evidenciaría una fuga de capitales "todavía considerable" fuera de China, explicó Nomura.

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