El Banco Mundial volvió a mejorar sus perspectivas para la economía chilena. En su último reporte Perspectivas Económicas Mundiales dado a conocer este martes, el organismo ajustó al alza su proyección para el Producto Interno Bruto (PIB) de Chile para este año a 2,6%, desde el 2,0% que esperaba en abril. 

El documento mantuvo la misma estimación de 2,2% para el 2025 y bajó de 2,3% a 2,2% para 2026. Esto ya que según indicaron en el documento, el crecimiento de Chile estará respaldado por una fuerte demanda externa de productos básicos de energía verde y por recortes en las tasas de interés.

Las nuevas proyecciones para Chile están por arriba de lo que se espera para América Latina y El Caribe, ya que el Banco Mundial prevé que la región disminuirá hasta el 1,8% este año, pero repuntará a 2,7% en 2025, también incidido por la normalización de las tasas de interés y la baja de la inflación. 

De los países vecinos, se espera que Argentina sea el único país con crecimiento negativo y que su PIB caiga 3,5% en 2024 y avance a 5% en 2025, mientras que Perú se expandirá 2,9% y 2,6%, respectivamente; Brasil 2% y 2,2%; Colombia 1,3% y 3,2%; Paraguay 3,8% y 3,6%; y Uruguay 3,2% y 2,6%. 

Así, el organismo señaló que si bien la región enfrentará dificultades económicas en 2024, se espera que muestre una recuperación gradual en 2025, apoyada por el descenso de la inflación y una política monetaria acomodaticia. 

“El desempeño económico de la región dependerá de una combinación de factores internos e internacionales, y los precios de los productos básicos y la demanda mundial desempeñarán un papel moderado en este panorama”, dicen.

En tanto, señalaron como riesgos a la baja la posibilidad de que las condiciones financieras mundiales se vuelvan más restrictivas, los elevado niveles de deuda local y la desaceleración de China, que podría afectar a las exportaciones de la región. 

También apuntaron a los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático como una amenaza.

Mientras que, entre los riesgos al alza, se identifica una actividad económica más sólida en Estados Unidos que podría impactar positivamente en América Central y el Caribe. 

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