Ante una pregunta del decano de la escuela de Gobierno de la U. Adolfo Ibáñez, Ignacio Briones, sobre la manera en que la ley garantizaba la existencia de mercados poco competitivos, el fiscal nacional económico, Felipe Irarrázabal, señaló que el decreto ley 211 que promueve y defiende la libre competencia en los mercados, no contiene excepciones. A diferencia de la estadounidense que sí protege al mundo agrícola y al cabotaje aéreo.

No obstante, afirmó que “las autoridades ayudan poco”. Junto con apuntar que “el Estado es de un nivel feudal insólito” y que muchos servicios “no nos ayudan o nos entregan información sin importancia”, porque lo que les interesa es mantener a su sector tranquilo. Sí reconoció que en los últimos años se ha visto un cambio y “algunos servicios han entendido que les trae beneficios y ayudan más”.

Sobre las dificultades para estudiar el funcionamiento de los mercados, Irarrázabal mencionó que “la ley no nos deja solicitar información reservada o confidencial a las empresas. Entiendo que eso el gobierno lo está tratando de cambiar”.

Estas declaraciones las hizo durante el seminario llamado “Salvando al capitalismo de los capitalitas: desafíos para la competencia en Chile”, organizado por la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez y Fundación Horizontal.

En el mismo evento, El economista Claudio Agostini fue punzante a la hora de enfocar sectores de la economía que tienen una “protección” amparada en la ley o en las costumbres y que atenta contra prácticas más competitivas. “En primer lugar, están los notarios, 300 monopolios asignados en forma oscura, con tarifas que ellos mismos se ponen y no hay sanciones. Tres gobiernos han tratado de cambiar esya situación y no han podido”.

También mencionó el cabotaje marítimo y el aéreo. “Las navieras extranjeras que vienen a Chile, pueden descargar en Iquique y se deben marchar vacías a Valparaíso porque no pueden hacer carga dentro del país”. Por último enumeró especialidades médicas como las de los oftalmólogos, que son “casi hereditarias” y las licitaciones de cuotas de pesca que siguen la lógica del “que tiene, mantiene”.

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