AFP

Las negociaciones entre Grecia y sus socios se tensaron este miércoles en Bruselas por una contrapropuesta de los acreedores de Atenas, que fue rechazada por el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

Grecia y sus socios de la zona euro intentan sellar un acuerdo de reformas y ajustes. El objetivo es desbloquear una partida de 7.200 millones de euros que necesita Atenas para evitar el default el próximo 30 de junio, cuando debe abonar al FMI unos 1.500 millones de euros.

El lunes Atenas presentó su plan, reclamado por sus socios para obtener estos fondos, considerado como "una buena base" para la negociación. Pero una contrapropuesta de las instituciones -UE y FMI- de último minuto, rechazada por Atenas este miércoles, tensó la negociación.

Tsipras llegó a Bruselas este mediodía para reunirse con la directora del Fondo, Christine Lagarde, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, e intentar sellar un acuerdo.

Una negociación necesaria antes de presentar el plan a los ministros de Finanzas de la zona euro. Pero luego de casi siete horas de reunión, la delegación dirigida por Tsipras y los responsables de las instituciones acreedoras de Atenas interrumpieron las discusiones, según una fuente europea, para informar sobre el estado de la negociación a los ministros de Finanzas del Eurogrupo, reunidos cruzando la calle.

El encuentro de los ministros duró apenas una hora y decidieron a su vez interrumpir la reunión hasta el jueves a las 11.00 GMT, antes de una cumbre de los 28 jefes de Estado y de gobierno.

Siguen negociaciones

"Todavía no hemos alcanzado un acuerdo. Pero estamos decididos a continuar trabajando, para hacer lo necesario. Ahora dejamos la reunión para más adelante y volveremos a vernos mañana a la una de la tarde", dijo a la prensa el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

"Queremos que Grecia se quede en la zona euro (...) con reformas sólidas", dijo por su parte el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

Varias fuentes con acceso a las negociaciones indicaron este miércoles que las negociaciones eran "difíciles", "duras". Una fuente indicó en tanto que Tsipras volverá a reunirse esta noche con Juncker, luego del Eurogrupo.

Propuesta y contrapropuesta

La contrapropuesta de las instituciones no cayó bien en Atenas. Desde Atenas, una fuente gubernamental dijo que la delegación griega "no puede estar de acuerdo" con las últimas propuestas e indicó que "las negociaciones continúan a todos los niveles".

"La delegación griega vino a discutir sobre la base de las propuestas del lunes, las instituciones por su lado presentaron una nueva propuesta con consecuencias injustas sobre los empleados y jubilados (...) proponiendo medidas que no afectan a los más ricos", agregó esta fuente.

Otro de los puntos que bloquean es que Grecia "insiste en obtener el canje de una parte de su deuda" en manos del Banco Central Europeo hacia el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate de la zona euro. Esto permitiría obtener tasas y condiciones más interesantes, indicó el ministro austríaco Hans-Jörg Schelling. "Para muchos países, es un tercer programa (de asistencia) disfrazado", subrayó.

El tema de la deuda, considerada insostenible, debe ser "tratado" en las discusiones en curso, estimó el ministro francés Michel Sapin, aunque no sea el tema "más urgente". Sin embargo, la gran mayoría de países de la zona euro se oponen a todo canje o reestructuración.

Las negociaciones son también difíciles por la posición del FMI, según Atenas, que le atribuye una "responsabilidad criminal" por la situación en Grecia.

Antes de viajar a Bruselas, Tsipras cargó contra el Fondo, sin citarlo, por rechazar algunas "medidas compensatorias" que Atenas propone a sus acreedores. Las propuestas griegas prevén un esfuerzo fiscal de 8.000 millones de euros en 2015 y 2016. El 93% de este monto provendría de alzas de impuestos y de cotizaciones sociales, y el resto de una reducción de gastos.

De alcanzarse un acuerdo, Tsipras tendrá que hacerlo avalar por su Parlamento, lo que podría ser una etapa delicada. Ello abriría la vía para que el Bundestag alemán y otros parlamentos del bloque se pronuncien en los próximos días, lo que tampoco será fácil.

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