El heredero de la firma surcoreana Samsung y vicepresidente de la compañía, Lee Jae-yong, rechazó todos los cargos que se le imputan por su presunta relación con la trama de la "Rasputina”.

Por intermedio de sus abogados, Lee descartó en la vista preparatoria celebrada en el tribunal del distrito central de Seúl las acusaciones de soborno, malversación y ocultación de activos en el extranjeros.

Según la Fiscalía, Lee habría autorizado el desvío de unos 35 millones de euros a fundaciones bajo el control de Choi Soon-sil, conocida como la "Rasputina” por su estrecha amistad con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, y quien es acusada de enriquecerse haciendo uso malicioso de su posición como cercana a la mandataria.

Lee está detenido desde el 17 de febrero y no estaba obligado a comparecer ante la corte este jueves.

"Negamos todos los cargos", dijo a la corte uno de los abogados, en una audiencia que se extendió por poco más de una hora. Asimismo, la defensa sostuvo que las acusaciones de la fiscalía eran dudosas, con afirmaciones carentes de pruebas y solo sustentadas sobre evidencia circunstancial.

Samsung ha insistido en que los pagos, que sí se efectuaron, fueron realizados bajo presión de algunas autoridades y no fueron sobornos.

Presidenta, en la mira

Junto a Lee, otros cuatro altos cargos de la mayor compañía de celulares del mundo han sido acusados por este mismo caso. Un portavoz de la firma dijo que "haremos nuestro mejor esfuerzo para asegurarnos de que la verdad será revelada en las siguientes vistas judiciales”.

El caso ha golpeado a la empresa surcoreana, en especial porque Lee es el presidente de facto de Samsung desde que su padre sufrió un infarto en 2014.

Si bien la próxima audiencia no quedó fijada, se espera que la sentencia sea conocida recién a fines de mayo.

Este viernes, la Corte Constitucional de Corea del Sur confirmó la destitución de la presidenta Park Geun-Hye, envuelta en el caso "Rasputina" que llevó al parlamento a apartarla de su cargo en diciembre.

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