Bloomberg

El tamaño no lo es todo en el mercado de diamantes, en especial para la gema más grande que se haya encontrado en más de un siglo, y que demoró más de un año en venderse.

Lucara Diamond Corp. vendió por fin el lunes a Graff Diamonds el diamante Lesedi Rona de 1.109 quilates por US$53 millones, o US$47.777 por quilate, informó en un comunicado Lucara, con sede en Vancouver. Aunque es considerablemente más grande que la piedra Constellation de 813 quilates que Lucara encontró al mismo tiempo, esa se vendió por un récord de US$63 millones, o unos US$77.500 por quilate.

El destino del Lesedi, que significa "nuestra luz" en la lengua setsuana de Botsuana, es un buen ejemplo de cómo el tamaño no es el factor más importante en la industria del diamante. La gema es más difícil de cortar y el color no es tan bueno como el de Constellation, lo que significa que probablemente no producirá una piedra pulida tan buena. BMO Capital Markets había proyectado que el diamante, que no se logró vender en una subasta de Sotheby’s en Londres el año pasado, podría venderse por US$75 millones.

“Si se toman en cuenta los posibles resultados de la piedra, el riesgo que en realidad está asumiendo el comprador, se puede entender por qué no fue la más fácil de vender”, dijo en una entrevista telefónica el máximo ejecutivo de Lucara, William Lamb.

El Lesedi, apenas un poco más pequeña que una pelota de tenis, solo es superada en tamaño por el Cullinan, un diamante de 3.106 quilates encontrado en Sudáfrica en 1905. El Cullinan fue cortado para formar la Gran Estrella de África y la Estrella Menor de África, que se incorporaron a las Joyas de la Corona Británica.

En la subasta de Sotheby´s del año pasado, solo hubo una oferta, que fue menor que la cantidad pagada por Graff. En ese momento, la propia casa de subastas ofertó US$61 millones, al intentar llevar la piedra más cerca del precio de reserva, lo que no ocurrió, dijo Lamb.

Lucara, conocida por producir algunas de las mejores y más grandes piedras del mundo, extrajo el diamante en su mina Karowe en Botsuana. La empresa, que no tiene deuda, ahora debe decidir qué hacer con las ganancias.

"Esto nos lleva a preguntarnos: ¿vamos a tener un dividendo especial?", dijo Lamb. "Eso queda completamente a la discreción de la junta directiva".

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