En una entrevista con un podcast de The Economist, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo este jueves que cuando la institución deba asistir económicamente a Venezuela, tendrá por delante un "trabajo monumental” que va "a requerir financiamiento importante por parte de toda la comunidad internacional”.

"Tendremos un trabajo monumental en nuestras manos, porque este es un país que no ha abierto sus puertas al FMI en los últimos 15 años”, recordó Lagarde. La francesa añadió que desde hace mucho tiempo el Fondo no ha realizado "ninguna de las auditorías” que la organización realiza a todos los miembros de manera anual, por lo que habrá que hacer una "gran cantidad” de gestiones de manera "muy rápida".

Asimismo, aseguró que el FMI asistirá a Venezuela "tan pronto como las autoridades legítimas de ese país" soliciten ayuda, sin mencionar ningún nombre. El Fondo Monetario ha dicho anteriormente que aún está analizando el reconocimiento del líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela, por considerar que hay países miembros del FMI que "todavía están estableciendo su posición" al respecto.

Se necesitan varias billeteras

Lagarde sostuvo que el rol del FMI para la recuperación económica del país sudamericano será "fundamental”, porque el organismo desempeña un "papel catalizador", y advirtió que el monto de la financiación que se necesitará será "significativo”, tanto que "nuestra cartera no será suficiente”. Pese a ello, "abriremos nuestra billetera y pondremos nuestro cerebro para ayudar a los más pobres”, aseguró.

En su último informe de perspectivas económicas globales, el FMI anticipó que Venezuela tendrá en 2019 una inflación de 10.000.000 por ciento, con una reducción del producto interno bruto de un 5 por ciento y una caída en la economía de un 18 por ciento. En diciembre, Venezuela entregó al FMI los datos económicos requeridos, pero la "declaración de censura" que se impuso a Caracas se mantuvo a la espera de ver si cumplen con las "obligaciones".

Ese proceso podría desembocar en la expulsión del país suramericano de la institución financiera internacional.

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