El escenario económico en Rusia es complejo. A poco más de cuatro meses del inicio de la invasión a Ucrania, el gigante europeo entró en default.

De esta forma, y debido a la incapacidad de pagar sus bonos soberanos externos a sus acreedores, el país liderado por Vladimir Putin será calificado en dicha situación financiera por primera vez en más de un siglo.

Dicha situación se produjo, en gran parte, por las sanciones impuestas por varios países de occidente tras la invasión a Ucrania.

Por este motivo, se cerraron muchas de las rutas de pago de de Moscú hacia los países acreedores.

Si bien el gobierno ruso había podido realizar los pagos de las deudas de los bonos, el pasado 27 de mayo expiró la fecha límite del periodo de gracia para el pago de intereses atrapados.

Rusia asegura que tiene los fondos para pagar las deudas pero que no ha podido saldar las deudas debido a las sanciones de occidente.

En este contexto, hace algunos días anunciaron que cambiarían al servicio de su deuda soberana pendiente de US$ 40 mil millones en rublos.

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