-El texto incorpora varias demandas mapuche, justicia indígena, autonomías territoriales, restitución de tierras. ¿Qué lo llevó a votar rechazo?

-Mira, llevamos más de 20 años en la causa mapuche. Nuestros derechos están instalados en el convenio 169 de la OIT, en la declaración de la ONU, y de la OEA. Todo aquello de lo cual Chile se ha hecho parte.

En el año 2015 en un gran seminario que hicimos en La Araucanía, abogamos por la plurinacionalidad, el reconocimiento constitucional, los escaños reservados. Luego participamos activamente en la instalación de los escaños reservados cuando se discutió en el parlamento.

Lamentablemente muchas medidas de la nueva constituición nos van a hacer enfrentarnos, y esta confrontación no nos va a llevar a la paz, que es lo que más queremos. Yo he peleado durante tantos años por la vía pacífica, rechazando la violencia, que es la única manera de desarrollarnos.  Y este proyecto de constitución no nos lleva a la paz. Por eso, a pesar de que tenemos derechos reconocidos, votaré rechazo.

-¿Cuál ha sido su relación con la Convención?

-Nosotros hemos estado desde el primer día haciendo un esfuerzo de autogestión, y nos fuimos a vivir a Santiago de lunes a viernes, acompañando todo el proceso convencional. Y hablando con los convencionales, asesorándolos; es decir nosotros teníamos el mayor interés  de que por fin pudiéramos ejercer nuestros derechos.

Desgraciadamente, el lunes 4 de julio, estuvimos en el ex Congreso en la entrega del documento final al Presidente de la República. Y tomamos conocimento definitivo del texto y nos damos cuenta que es una constitución que va a colisionar los pueblos originarios con los ciudadanos no indígenas.

-En una entrevista suya de 2021, usted decía que estaba a favor de la autonomía, de la justicia indígena. ¿Cambió su opinión?

-No. Lo que pasa es que como quedó establecido en esta propuesta va más allá de lo que nosotros aspiramos. El artículo 4 de la declaración de la ONU dice claramente que todos los derechos indígenas se tienen que circunscribir al ámbito nuestro.

Pero así como quedó escrito nos salimos de nuestro ámbito y pasamos a llevar los derechos de los chilenos y por supuesto que la población chilena se va a resistir y ahí viene la confrontación. No hemos renunciado a ningún derecho, pero esta nueva propuesta va más allá, colisionando y pasando por encima de los derechos de los ciudadanos no indigenas.

-¿Cuáles son las normas que ustedes consideran que están equivocadas?

-Primero, la consulta indígena. En la nueva constitución aparecen dos definiciones, lo que es una locura para todos los juristas que tienen que interpretar. Hay una ambigüedad. Se establece que prácticamente se nos tiene que consultar por todo. Está bien que se nos consulte, como también que se les consulte a los chilenos no indígenas ante cualquier situación importante que va a afectar nuestras vidas. Que se va a instalar una empresa, una carretera. Los ciudadanos tenemos derecho a ser consultados.

Más adelante se establecen los derechos de la naturaleza. Si vas uniendo las normas, te das cuenta que nos salimos de nuestro ámbito y empezamos a opinar de todo. Con la consulta permanente podríamos parar el desarrollo de Chile.

Los mismos convencionales han señalado que los derechos de la naturaleza provocan un decrecimiento. Entonces,  ¿los mapuche vamos a ser quienes estén permanentemente provocando este decrecimiento? Como pueblo buscamos el equilibrio: no se trata de pasar por encima de la naturaleza, pero tampoco que la naturaleza pase por encima de nosotros.

-El otro tema es la restitución de tierras.

-Hoy día tenemos un procedimiento bastante civilizado, que es el mercado de tierras. Las comunidades reciben la autorización y la aplicabilidad, por parte de la CONADI de que tienen derecho a tierras, y tú sales a buscar campos y hablas con los dueños de los campos, y llegas a pre acuerdo y con eso te acercas a la CONADI y ahí viene el proceso de compra.

Pues bien, la NC te da la posibilidad de expropiación. En estos momentos, que tenemos comunidades que llevan 15 años esperando compra de tierra, y son cerca de 926 comunidades, uno no tiene que ser tonto para darse cuenta, porque ya lo están haciendo, que van a empezar a presionar por la vía rápida, que va a ser la expropiación. Van a presionar al Estado mediante violencia para que expropie.

Y muchos dueños de los campos no van a querer vender, porque llevan 4 generaciones acá. Dicen: “No seré mapuche pero soy  hombre de la tierra”. Conocemos casos de gente que no quiere vender. Porque el abuelo, el nieto, nacieron ahí. La confrontación que se nos viene es enorme por el tema de la compra de tierras.

-Otro punto es el de la justicia indígena. ¿Por qué no le gusta?

-Siempre hemos peleado porque en ciertos niveles podamos resolver nuestros problemas. Pero en el nivel de la policía local. Temas de vecinos. Pero pasar a llevar la justicia donde vamos a tener privilegios con respecto a un chileno no indígena, indudablemente la población se va a rebelar contra eso. Está bien que tengamos una cosmovisión diferente, pero hoy día en el siglo XXI los indígenas somo biculturales.

-Ustedes observaron de cerca el trabajo de la Convención. ¿Por qué cree que salieron estas ideas según usted más radicales?

-Por dos razones: nosotros teníamos tres personas, de los 17 convencionales indígenas, que no eran de izquierda: Margarita Varas (Kawéskar), Lidia González (Yagán) y Tiare Aguilera (Rapa Nui). Sucedió que la extrema derecha se burló de los pueblos originarios, los ningunearon.

-¿De qué manera?

-Se burlaban, ahí tenemos a Tere Marinovic, Cubillos, había un grupito bastante desagradable que niega a los pueblos originarios, no quiere indios en Chile. Muchas veces te dicen en el norte (Santiago) que Chile es superior a Bolivia y Perú, porque tenemos menos indios. Gente que nos asocia al subdesarrollo. Fueron muy agresivos verbalmente. Te lo digo porque ellas me llamaron para quejarse y decirme que no iban a aguantar ser menoscabadas.

-¿Qué pasó?

-El Partido Comunista y el Frente Amplio las recibieron con los brazos abiertos y terminaron votando en esa línea. Fue una provocación de gente anti indígena que empujó a gente nuestra a ese lado. Por otra parte, indudablemente nuestra gente está ideologizada por el etnomarxismo. Es una realidad. Elisa Loncón ingresó al movimiento AD-MAPU dirigido por el PC en los 80. Trae una formación etnotmarxista, al igual que el resto de los hermanos convencionales presentes. La ideologización los hizo ser poco prudentes.

-¿Conversaron con ellos, trataron de convencerlos?

-Los indígenas somos una sociedad chica, los mapuche somos 1.700.000, todos nos conocemos, nos encontramos o somos familiares. Nos decimos las cosas. Y tenemos buenas relaciones. Yo no comparto nada con Llaitul, por ejemplo, pero si me encuentro con él nos saludamos. Conversamos con todos.

-¿Qué sucedió con esas tres convencionales, que no eran de izquierda?

-Terminaron votando como el PC, en bloque. 

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