Sebastián Depolo entrega su análisis de la derrota que protagonizó Alejandro Guillier y el triunfo de Sebastián Piñera.

El ex coordinador de la campaña presidencial de Beatriz Sánchez advierte que el principal factor que determinó el resultado es que "Chile Vamos levantó una campaña del miedo y del terror a la desestabilización, que en cierto votante que no fue a la primera vuelta y que fue a la segunda vuelta -porque ellos crecen mucho- se activó".

Tras esto, adelanta lineamientos sobre el rol opositor que tendrán como Frente Amplio, debate que también inició la Nueva Mayoría. "Sería un error estratégico competir por la oposición, lo que hay que hacer es coordinarla".

-Surgieron críticas hacia el Frente Amplio por una supuesta responsabilidad en el triunfo de Sebastián Piñera, ¿qué responde a esos emplazamientos?

Con el pasar de los días y a la luz de los datos, no hay ninguna razón para justificar esa crítica al Frente Amplio. Al menos el 80% de los votos a Beatriz Sánchez fueron a Alejandro Guillier en la segunda vuelta, y del 20% restante un porcentaje importante se fue a la abstención, gente que no se sintió convocada a votar, otra gente se fue al blanco o nulo, y muy pocos se fueron a Sebastián Piñera. Cuando uno mira las comunas en que el Frente Amplio tuvo buena votación, en todas ellas Alejandro Guillier crece mucho e incluso gana, como en Maipú, La Florida, Puente Alto, Santiago y Valparaíso. Yo entiendo que ellos puedan estar enojados, que puedan tener alguna emocionalidad diferente, pero los datos son super certeros en esto. Nuestro objetivo era contribuir a que la derecha no gobernara, pero no lo conseguimos y políticamente el resultado también es una derrota para el Frente Amplio.

-¿Está conforme con la postura que tomaron ante la segunda vuelta? ¿Les faltó ser más categóricos? 

El Frente Amplio hizo lo que pudo hacer y lo que tenía que hacer en su momento, recién habíamos recibido un gran respaldo ciudadano, además se amplió la bancada e instalamos un tercer actor político en el mapa chileno. El apoyo a Beatriz fue mayor a lo que esperamos, por lo tanto, teníamos mucha más responsabilidad que administrar. Sí tenemos que aprender hacia adelante que estas discusiones no pueden ser solo al calor de las elecciones, deberíamos tener una reflexión estratégica más profunda, que nos permita anticipar estas decisiones. Además, el comando de Alejandro Guillier fue super ambiguo, le faltó certeza y claridad, no hizo un buen diseño de la campaña de la segunda vuelta, la responsabilidad está en el despliegue territorial de la Nueva Mayoría y la falta de voceros específicos que le hablaran a distintos mundos. Más allá de la contingencia, el comando de Sebastián Piñera fue mucho más efectivo en la segunda vuelta.

-¿Por qué no apoyaron a Guillier como Frente Amplio si después sus liderazgos sí lo hicieron?

Nosotros tenemos una diversidad bien grande en el Frente Amplio y lo principal era cuidar esa diversidad.

-¿Se exponían a un quiebre interno como Frente Amplio si apoyaban a Guillier?

Más que de las orgánicas, nos exponíamos a no ser un fiel reflejo de las discusiones de base que se habían dado en más de cien comunas en todo Chile.

-¿Cuáles son los siguientes pasos del Frente Amplio?

Hay desafíos de corto, mediano y largo plazo. En el corto plazo tenemos que ser muy rápidos en mostrarle al país el tipo de oposición que seremos. En el mediano plazo tenemos que dotarnos de una estructura que nos permita funcionar, respetando la diversidad, incorporando a los independientes frenteamplistas. Y tenemos que desarrollar nuestro programa y prepararnos para gobernar, eso no es una ilusión hoy, y supone un desafío de madurez, formación y de disputa del sentido común en la sociedad enorme. La derecha va a intentar instalar estos cuatro años que la gente en Chile no quiere cambios, sino que sólo ajustes menores al modelo, y eso no es real.

-¿Cómo se plantearán desde la oposición? Hay dirigentes PC, PS y DC en organizaciones sociales.

Sería un error estratégico competir por la oposición, lo que hay que hacer es coordinar la oposición con quienes tengan lo que tiene el Frente Amplio: una bancada institucional y el liderazgo de movimientos sociales. Nosotros somos super respetuosos de la autonomía de los movimientos sociales, nuestra bancada va a estar al servicio de esas demandas. Sería un error entrar en una disputa de quién es más oposición que el otro, porque eso solamente nos debilita frente a un gobierno de Piñera, que va a tener muchos recursos a su favor: los medios de comunicación, la aprobación de los empresarios -es cosa de ver cómo sube la Bolsa-, va a tener el Ejecutivo y buenas bancadas en el Congreso. Hay que ser bien inteligente en cómo construir oposición. Lo que sí vamos a tener que preguntarnos es si queremos liderar esa oposición, y siento que dado el proceso de descomposición de la Nueva Mayoría, al Frente Amplio le tocará articular y liderar esa oposición.

-¿Qué espera de la elección municipal, cómo se prepararán?

En marzo deberíamos tener un plan, todavía falta tiempo, pero deberíamos saber cuáles son nuestras comunas prioritarias y cómo trabajaremos en ellas. Las municipales se ganan con trabajo territorial, no con aterrizajes de última hora. Hay que identificar las zonas donde el Frente Amplio tuvo buena votación. Lo bueno es que tenemos una bancada de diputados que nos puede ayudar a ese trabajo territorial. La elección de alcalde es la única elección unipersonal que no tiene segunda vuelta, por lo tanto, si uno divide mucho la oferta es probable que salgan electos alcaldes de derecha con poca votación. Esto requerirá un diálogo político con otras fuerzas.

-¿Pactos de omisión con la Nueva Mayoría para las municipales?

Diálogo con lo que quede de la Nueva Mayoría, con sus partidos políticos. Por ejemplo, en Valparaíso o en Recoleta claramente están los liderazgos de Jorge Sharp y Daniel Jadue, y perfectamente se puede llegar a un acuerdo por omisión donde los sectores más de izquierda de la hoy Nueva Mayoría no presentan un candidato a alcalde, pero sí a concejales, y viceversa. Por qué vamos a ir a disputarle Recoleta a Daniel Jadue (PC), si es que hace una buena gestión y ponemos en riesgo que la derecha vuelva en comunas emblemáticas. Además, tenemos que crecer en comunas relevantes, de clase media y las populares, que son las que menos votan.

-Según su análisis, ¿por qué ganó Sebastián Piñera?

Lo principal es que ellos levantaron una campaña del miedo y del terror a la desestabilización, que en cierto votante que no fue a la primera vuelta y que fue a la segunda vuelta -porque ellos crecen mucho- se activó. Esto se ve en el despliegue de apoderados -lograron tener 50 mil apoderados-, también se ve en que su votación crece mucho en el sector oriente de la capital, y en regiones que históricamente fueron y han sido más de derecha en Chile, como en el centro sur del país.

-¿Y qué pasó en el norte? Tampoco le fue bien a Guillier.

En el norte ocurre otra cosa. Ahí se da un castigo a la Concertación y a la Nueva Mayoría. Hace varias elecciones que el norte viene votando por la diferencia. Por ejemplo, en otras elecciones ahí sacó mucha votación Marco Enríquez Ominami, Parisi, y nosotros ahora en la primera vuelta. En el norte hay un fenómeno de divorcio con la política central, hay más rechazo hacia la políticas de la Concertación y la NM, más que de apoyo a Piñera. No creo que en cuatro semanas el norte se haya derechizado, sí creo que Guillier y su equipo no pudieron superar el peso histórico de los gobiernos de la Concertación.

-¿Y cómo se comportó el electorado DC en segunda vuelta?

Mi sensación viendo los números preliminares es que tanto en primera como en segunda vuelta el electorado DC se fue rápidamente con Sebastián Piñera. Y que el electorado DC que apoyó a Guillier en la primera vuelta lo hizo con baja intensidad, no creo poco factible que muchos DC se haya quedado en su casa aumentando la abstención. ¿Qué representa hoy la DC? Hay competencia para esa representación en su sector, tanto por la derecha como por la izquierda, han bajado su votación. Además, creo que estuvieron muy a contrapelo en el gobierno de la Nueva Mayoría y sus principales líderes que estuvieron en oposición a las reformas, la gente los sacó y no fueron reelectos. Hay una diferencia desfavorable entre lo que sacó Carolina Goic y su bancada, y en el caso nuestro Beatriz Sánchez sacó más votos que la bancada. Así, lo que uno podría hipotetizar es que ya en la primera vuelta una buena parte de su electorado se fue a Piñera o a Guillier y en segunda vuelta el otro sector que había votado Goic en su mayoría se fue a Piñera o para la casa.

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