Por Tomás Martínez y Phillip Durán

La tarde de este miércoles, el gobierno comenzó a recibir una fuerte presión del oficialismo. Los mensajes eran dos: primero, debía concretarse rápidamente la renuncia al Consejo del Servel del ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, quien recibió la libertad bajo fianza tras ser procesado como cómplice de homicidio calificado en el caso Caravana de la Muerte.

En segundo lugar: el cupo de Cheyre debía llenarse con una figura cercana a la Nueva Mayoría, que se sumaría a la del presidente del Consejo, Patricio Santamaría (ligado a la DC) y la de Alfredo Joignant, cercano al PS. La oposición, en tanto, quedaría con dos "cercanos": el abogado José Miguel Bulnes y quien reemplazara a Gonzalo Molina, cercano al gremialismo y quien dejó su cargo hace dos meses.

Sólo un escenario de ese tipo permitiría que se aprobara la propuesta que a esas alturas ya había formalizado el Ejecutivo al Senado: que el experto electoral ligado a la UDI, Andrés Tagle, llenara el vacío dejado por Molina.

El nombre de Tagle había sido sondeado en las semanas previas por La Moneda, pero había encontrado resistencias en el oficialismo. Esto, cuando la salida de Cheyre del organismo no estaba sobre la mesa: el procesamiento del ex jefe del Ejército se produjo recién la semana pasada.

Ahora, la posibilidad de un acuerdo que incluyera también la designación de un personero más cercano al oficialismo abría también camino a Tagle.

Este escenario fue abordado, por ejemplo, por el presidente de la comisión de Constitución de la Cámara Alta, Pedro Araya, quien hizo ver al gobierno que si no había una rápida renuncia de Cheyre la comisión se tomaría todo el plazo legal, de 30 días, para tramitar el nombre de Tagle. 

Demora que el gobierno busca evitar a toda costa: la ausencia del ex comandante en jefe, sumada a la de Molina, hacían imposible que el Consejo del Servel reuniera el quórum mínimo de cuatro personas para poder sesionar. Así, este miércoles se suspendió por primera vez una reunión, debido a la falta de quórum.

La idea de que Cheyre renunciara pronto -debido a su procesamiento en una causa de DD.HH.- fue también abordada en el almuerzo de los senadores del PS. A la cita se sumó el ministro vocero de Gobierno, Marcelo Díaz, quien escuchó el mensaje de los parlamentarios.

En este escenario, en el Congreso señalan que el gobierno ya inició conversaciones en torno a nombres para llenar el cupo de Cheyre.

Sin embargo, el ex jefe del Ejército aún no despejaba todas las dudas en torno a su continuidad en el Servel.

La semana pasada, Cheyre ya había manifestado su voluntad de dejar el organismo, pero tanto el presidente del Consejo Directivo del Servel, Patricio Santamaría, como el consejero José Miguel Bulnes, le pidieron reconsiderar su decisión. Postura distinta asumió otro de los consejeros, Alfredo Joignant, vinculado al PS.

El miércoles por la tarde, Cheyre divulgó una carta que envió a Santamaría, en la que señaló estar "legal y moralmente habilitado" para mantenerse en el Servel. Sin embargo, agregó que "mi posible renuncia la haré efectiva solo cuando tenga la certeza que mi ausencia no afecte la institucionalidad vigente".

En el Servel algunos leyeron el texto como una expresión de voluntad, más no como una presentación de renuncia, la que debe concretar directamente ante la Presidenta Bachelet. En el Congreso, algunos interpretaron que el ex jefe del Ejército condicionaba su decisión a que el Senado apruebe a Tagle, en una señal de molestia ante la presión oficialista por su salida.

En todo caso, en el entorno del general (R), afirmaban que la misiva era sólo la antesala para que este jueves se coordine que Cheyre presente su renuncia definitiva.

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