Este miércoles, el vicepresidente UDI Edmundo Eluchans y el diputado del mismo partido Issa Kort llegarán a Buenos Aires para reunirse con representantes de la Cancillería de ese país. La misión chilena irá en estrecha coordinación con el Ministerio de Relaciones de Chile y tendrá como objetivo amarrar oficialmente la fecha de un primer encuentro formal para discutir la extradición de Galvarino Apablaza.

El ex frentista es requerido en Santiago en la investigación del asesinato del senador Jaime Guzmán, en 1991. Y hoy cuenta con la calidad de refugiado político en Argentina, la que le fue concedida durante el gobierno de Cristina Fernández, en 2010. Dicha decisión bloqueó un fallo de la Corte Suprema argentina, que había definido extraditarlo a requerimiento de la justicia chilena.

En ese contexto, en 2012, la familia de Guzmán, la UDI y la Fundación que lleva el nombre del asesinado senador recurrieron a la Comisión Interamericana de DD.HH., pidiendo que intervenga ante las autoridades transandinas.

Tras la salida de Fernández y el “kirchnerismo” del poder, el nuevo gobierno de Mauricio Macri se allanó a buscar una “solución amistosa”, a través de un diálogo oficial en el marco de la Comisión Interamericana. 

Así, la UDI ha insistido ante la Comisión que pida a Argentina una fecha concreta para un primer encuentro. 

Ahora, según dicen tanto en el gremialismo como fuentes diplomáticas, desde Buenos Aires han señalado que la Cancillería de ese país está disponible para realizar esa primera reunión durante el próximo mes de octubre.

El tema fue abordado por Eluchans y Kort a inicios de la semana pasada, en una reunión con el canciller Heraldo Muñoz. Ambos dirigentes gremialistas, además, se coordinarán en Buenos Aires con el embajador José Antonio Viera-Gallo.

Los mensajes transandinos, dicen las mismas fuentes, se produjeron en paralelo a una noticia importante para Chile: la semana pasada, los tribunales de ese país reconocieron la legitimidad al gobierno chileno para impugnar la resolución que concedió el refugio político a Apablaza.

En paralelo a las gestiones desplegadas por la UDI ante la Comisión Interamericana, el gobierno chileno había iniciado un proceso judicial en Buenos Aires, para dejar sin efecto el refugio al ex frentista. La administración de Cristina Fernández, sin embargo, había cuestionado el derecho de un país extranjero para recurrir contra una decisión de ese tipo.

Con la decisión conocida la semana pasada en favor de Santiago, se entrará al fondo del proceso. En ese contexto, la lectura que existe en la Cancillería chilena es que el gobierno de Macri preferiría avanzar de manera más rápida por la vía del diálogo en el marco de la Comisión Interamericana, evitando que los tribunales transandinos revisaran una decisión adoptada por el Ejecutivo.

El factor ONU

Sin embargo, en la Cancillería chilena también tienen en cuenta otro factor: es difícil que en una primera reunión de octubre el gobierno de Macri muestre todas sus cartas y proponga una vía de acuerdo específica.

En Santiago, por el contrario, las expectativas apuntan a que los representantes argentinos lleguen a escuchar a su contraparte chilena y a delimitar en algo la conversación.

La razón, dicen las mismas fuentes: una negociación sobre el fin del refugio político de Apablaza podría complicar la candidatura de la canciller de Argentina, Susana Malcorra, a la secretaría general de Naciones Unidas, lo que se definirá también en el mes de octubre.

Esto pues su competidor y uno de los candidatos más fuertes hasta ahora para dicho cargo internacional es el ex primer ministro de Portugal, António Guterres, quien actualmente ostenta el cargo de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. 

En ese contexto, dicen las mismas fuentes, cualquier decisión que abriera una controversia con la oficina para los refugiados de Naciones Unidas podría significar un flanco a explotar por su rival.

Como sea, tanto en la Cancillería como en la UDI entienden que, al menos, que Buenos Aires se allane a fijar una fecha y hora de manera formal para un primer encuentro ya es un avance.
“Esa es nuestra tarea para la próxima semana”, dicen en el gremialismo.

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