La Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica) criticó, este martes, la designación de los embajadores ante organismos internacionales que dio a conocer el Gobierno de Gabriel Boric, y entre la que destaca la nominación de la excandidata presidencial del Partido Socialista, Paula Narváez, ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

“Lamentamos profundamente las nominaciones de embajadores y embajadoras en organismos multilaterales donde se evidencia la mantención de criterios de nombramiento por razones de amistad, cercanía política o debido a la derrota en candidaturas electorales”, dijeron a través de un comunicado.

“Si bien constitucionalmente la conducción de la política exterior es tarea exclusiva del Presidente de la República, alertamos que la continuación de esta práctica desconoce que la ejecución de la política exterior de Chile recae en el Servicio Exterior, en virtud de las competencias desarrolladas a través de la carrera funcionaria, a la que se ingresa por concurso público y culmina en el grado de embajador (a) tras décadas de capacitación y adquisición de experiencia, tanto en Chile como en el extranjero”, añadieron.

Además de Narváez, el Ministerio de Relaciones Exteriores informó que Sebastián Kraljevich, uno de los principales asesores de la excandidata presidencial Beatriz Sánchez, estará representando a Chile ante la Organización de Estados Americanos (OEA); Claudia Fuentes ante las Organizaciones Internacionales y Francisco Saffie ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

“La nominación de personas que no pertenecen al Servicio Exterior impacta negativamente en el quehacer de las relaciones internacionales de Chile, limitando la capacidad del país para insertarse en la comunidad internacional, afectando desde las relaciones vecinales a la participación en los foros multilaterales. La experiencia y el profesionalismo del Servicio Exterior de Chile es un activo de la República y de sus ciudadanos/as que debe ser respetado”, insiste el documento.

“La existencia de una carrera funcionaria respetada y promovida por la autoridad democrática conlleva la profesionalización de la diplomacia, al tiempo que limita la injerencia de la política coyuntural en una función central de Estado”, agrega.

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