“Que quede claro: yo no voy a apoyar un acuerdo sin compromisos públicos. Y hoy estoy representando a mi bancada”. El senador de Renovación Nacional (RN), Manuel José Ossandón, levantó la mano en la reunión que sostuvo Chile Vamos este miércoles en la sede de su partido y pronunció, sin pelos en la lengua -como es usual-, esa advertencia. 

El objetivo del encuentro era comenzar a delinear una propuesta común del bloque de centroderecha de cara a la nueva -y tercera- cita entre oficialismo y oposición para avanzar en el diálogo que busca abrir un segundo proceso constituyente, tras el apabullante triunfo del Rechazo el pasado 4 de septiembre.

Ossandón se refería, así, a la sensación que quedó en la centroderecha de parte del comportamiento de la izquierda moderada: que en privado decían que el borrador era un “mamarracho”, pero que, luego, en la televisión se mostraban cuadrados en el Apruebo y con las propuestas de la Convención Constitucional (CC).

Esta vez, creen en la centroderecha, el sentimiento es similar: hay socialistas en el Congreso, dicen, que abogan por la fuerte presencia de expertos, pero no se lanzan a proponerlo de manera formal.

Varios de los presentes coincidieron con el senador RN: esta vez se tiene que acabar el llamado “juego de máscaras” en la negociación. Por lo mismo, las conversaciones entre la llamada izquierda moderada y Chile Vamos por estos días se han intensificado.

La advertencia, de ese modo, no es una cosa aislada, pues responde a la inquietud que ha transmitido la militancia RN y UDI -canalizada a través de sus parlamentarios- sobre no apresurar demasiado las cosas, porque el gobierno aún no aquilata su derrota. Que no dejen pasar tan rápido la derrota más grande la izquierda, aseguran.

Bajo ese argumento, entonces, este miércoles, en la reunión -en la que estuvieron presentes los timoneles Francisco Chahuán (RN), Javier Macaya (UDI) y Luz Poblete (Evópoli), parlamentarios, además de Ossandón, como Francisco Undurraga, Luciano Cruz-Coke, Diego Schalper, Jorge Alessandri y los dirigentes María José Hoffmann (secretaria general UDI), Francesca Parodi, Max Pavez (UDI, exsubsecretario)- concordaron en que el objetivo es dar seguridad a sus electores y adherentes de que no se repetirá un proceso constitucional fallido y que no habrá espacio para la “refundación”.

Así, los dirigentes intentaron poner la línea en aquello que los une: los principios, es decir, los llamados “bordes” que debe tener la nueva Constitución para, justamente, evitar lo refundacional. Y, en ese sentido, aplazaron, nuevamente, una definición en torno al mecanismo para redactar la Carta Magna.

La propuesta que salió de ahí -sin un documento por escrito, en todo caso- es que Chile Vamos abogará en las citas próximas por la conformación de un comité de expertos que defina los “bordes” y el mecanismo con el que se redactará esta nueva Constitución. Es decir: esta instancia sería nombrada con integrantes designados por el Congreso -de manera proporcional a la representación actual de los partidos políticos en el Parlamento- y trabajará previamente al órgano que redacte el texto final. ¿Otro argumento político para la idea? Que el Congreso no sea el que concuerde estos bordes -como se había pensado inicialmente- con el fin de que legisle en torno a las “urgencias sociales”.

Esa al menos es la propuesta de Chile Vamos. Si tendrá apoyo o no es algo que se verá durante las próximas reuniones con el oficialismo.

Con ese mapa sobre la mesa, el bloque cree que este ente puede dar seguridad -“certidumbre”- a la ciudadanía sobre llevar a cabo cambios graduales, pero a la vez, recalcan, es una manera de no mostrarse paralizados ante el nuevo escenario, como incumpliendo su compromiso de campaña de concretar “una buena y nueva Constitución” post referéndum.

Los “bordes”, en todo caso, no son un concepto nuevo, pues en el proceso constituyente pasado también hubo un grupo previo de constitucionalistas que trabajaron en el artículo 135 de la actual Constitución y que impedía a la Convención cambiar el régimen democrático del país y tocar resoluciones judiciales actuales, entre otros (ver nota relacionada).

Sin embargo, en Chile Vamos piensan hoy, mirando el escenario en retrospectiva, que esos bordes fueron difusos. El Presidente Gabriel Boric, por su parte, este jueves, se hizo cargo del concepto de “bordes” y de la necesidad del protagonismo de los expertos. ¿Un acierto para la derecha? Hasta el cierre de esta edición, aún no aquilataban del todo la repercusión de esta postura.

Los 10 compromisos que redactaron en un documento, dijeron, en paralelo, deben ser la base de los bordes. En la UDI, eso sí, recalcan que estos principios no deben ser demasiado específicos -al punto de incluir temas polémicos como el derecho a la vida o el aborto-, pues el objetivo es que sean adheridos de manera transversal.

“Más que negociar en mejor o peor pie, la política hay que volver a construirla en base a los valores y creencias y las tácticas se utilizarán cuando tengamos claro cuáles son los puntos de unión”, dice el diputado Undurraga en torno a las tratativas.

Los tres motivos que obligan a poner freno de mano al tono

El escenario político actual de Chile Vamos se resume bien en tres motivos de “molestia” en torno al post plebiscito: el reclamo ante un gobierno que “no se ha dado cuenta de que perdió”; el ruido interno en los partidos sobre por qué las directivas apuran la máquina del acuerdo; y el hastío ante las nuevas encuestas que muestran distancia con un nuevo órgano 100% electo.

Esos motivos, en ese sentido, dicen en el conglomerado, han provocado que cambie la táctica con la que operarán en las siguientes semanas: sienten que no tienen por qué ser los primeros en mostrar todas las cartas, y que, ante todo, se debe exponer una buena mezcla entre apertura a los cambios y certidumbre. ¿Lo central? “Apuntalar los bordes”, subrayan, para calmar el ruido interno que se ve tentado de seguir los sectores duros de la derecha -encarnados en el Partido Republicano- de no hacer cambios. Porque, admiten en parte de la dirigencia de Chile Vamos, que la militancia está “envalentonada” con el 62%.

En la UDI, por ejemplo, acuñan que la salida sobre esta propuesta de una comisión de expertos logra perpetuar la credibilidad en torno a la derecha que se construyó bajo liderazgos como el de Macaya.

La encuesta Cadem de este domingo, por su parte, fue clave para delinear la semana. Ese sondeo arrojó que un 49% de los consultados prefiere un nuevo plebiscito de entrada para iniciar otro proceso constituyente. No solo eso: sino que un 50% cree que es necesario un nuevo proceso constituyente vs. un 48% que piensa que hay que reformar la actual Carta Magna. Los números entre el tipo de órgano también son decidores: un 49% se inclina por una convención mixta y un 29% por una Convención 100% electa.

Ese mismo sondeo público, por ejemplo, hizo que algunos parlamentarios salieran nuevamente a recalcar la idea de un plebiscito de entrada, algo que hasta ahora solo ha promovido el Partido Republicano y el Partido de la Gente. Este miércoles, así, los dirigentes no descartaron nada, pero dijeron que un plebiscito de entrada no es propuesta que vayan a plantear en las reuniones. “Aquí es fácil enredarse en este proceso. Un nuevo plebiscito de entrada, dado como está el escenario, podría ser un resultado negativo y eso evidentemente tensiona. Y Chile Vamos, además, ya se definió por una nueva Constitución. Se necesita un acuerdo transversal sin la pistola encima de la mesa, como pasó el 15-N, se necesita una mirada de Estado, de país, y no tratar de acarrear agua al molino ni de llevarse el triunfo para la casa, ni pensar en las próximas elecciones. Esta es una cosa que trasciende y eso los partidos lo deben entender”, dice a T13.CL el director de Activa Research, Ramón Cavieres.

El breve regreso de Piñera

Apenas el Presidente Sebastián Piñera se reunió con la directiva de RN este miércoles, en sus oficinas de Apoquindo 3000, se generó ruido interno entre la bancada de diputados. En el grupo de WhatsApp que tienen los parlamentarios de la Cámara Baja se hizo ver el riesgo de aparecer con Piñera y al menos unos cinco diputados intercambiaron un debate. “Creo que es un error. Nos vemos lejanos a la ciudadanía”, dijo una diputada, al tiempo que otra integrante refrendó esa idea: “Por cosas como estas perdemos apoyo ciudadano. Sin desmerecer al Presidente Piñera, por algo no participó del plebiscito”.

Quien defendió al mandatario, dicen, fue Miguel Mellado: “¿Por qué es un error? Fue senador de RN, presidente de RN y presidente de Chile dos veces”. Pero otra diputada recalcó: “Con todo lo que hizo cuando fue Presidente basta y sobra”.

El ruido, en todo caso, no ha sido sobresaliente en los partidos. Principalmente porque, destacan, el exmandatario comunicó a los timoneles sobre la ronda de entrevistas que haría en los medios de comunicación. Eso sí, varios dan cuenta que efectivamente se vio al expresidente “pauteando” a Chile Vamos, siendo que, agregan, “ya no es el líder” del bloque.

En la directiva de la UDI, por ejemplo, descartan repetir una escena pública como la que planeó RN este miércoles. Algunos de ellos ya lo vieron la semana pasada, en una comida en la casa de la exministra Loreto Silva, donde el exmandatario les comentó de los lineamientos del discurso que daría días después en los medios de comunicación. Macaya, en tanto, este miércoles, se limitó a señalar que los expresidentes “obviamente” serán oídos en este diálogo constituyente.

“Piñera puede ayudar a la izquierda a asentar el relato de una derecha impostora”, analiza el director de Criteria, Cristián Valdivieso, en torno a lo que llama el apresurado retorno del expresidente (ver entrevista).

Mientras, sus cercanos defienden que fue ordenado en torno a la estrategia de la campaña del plebiscito de salida y apuntan a que “tiene derecho y deber de aparecer”. En todo caso, el retorno fue breve pues Piñera estará de vacaciones en Europa.

Con todo, en el bloque apuntan a que debe primar la prudencia; nadie se puede arrogar este triunfo. Eso es lo primero, dicen, para administrar de mejor manera este 62%.

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