Paula Valenzuela

La presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, se explaya en entrevista con T13.CL respecto a la idea de evaluar una nueva fecha para el plebiscito producto de la crisis del Coronavirus. Sin embargo, ahonda aún más: dice que la gente ha cambiado sus prioridades y que quien antes estaba dispuesto a embarcarse en un proceso constituyente, hoy buscará simplemente salir delante de la crisis económica que se avizora, pues, agrega, esta será “muy grave”.

—¿Usted es de las que cree que solo una razón sanitaria podría aplazar el plebiscito o sostiene más bien la postura de que la crisis económica puede ser un factor?

—La crisis sanitaria va de la mano a la crisis económica. Un proceso electoral, cualquiera sea, en este caso, el proceso constituyente, necesita dos elementos para su legitimidad: que sea informado, por tanto, que se pueda hacer campaña; y segundo, que sea participativo, es decir, que la opción que gane tenga la representatividad de la población. Un país que va a estar en una crisis económica gigantesca tiene que evaluar si es que hay una crisis sanitaria que pone en duda la legitimidad del proceso… No sé si vale la pena gastar esa cantidad de recursos si la crisis sanitaria se mantiene deslegitimando el proceso constituyente.

—¿Entonces la UDI tienen contrapunto con RN y Evópoli, que han dicho que aplazarlo solo se sostiene por razones sanitarias?

—Es que tiene que haber una razón sanitaria, además. Insisto: no creo que sean razones excluyentes, porque un país que es rico y que no esté al borde de una de las mayores crisis económicas de su historia a lo mejor se puede dar el lujo de hacer un proceso constituyente cuya legitimidad se ponga en duda... Hoy vemos la posibilidad de tener una nueva Constitución porque la izquierda cuestiona la legitimidad de origen de la actual Constitución, entonces, no tiene sentido que iniciemos un proceso constituyente con problemas de legitimidad. 

—¿Usted dice aplazar el proceso o de frente desecharlo y analizar esta idea que han hablado algunos en su sector sobre el Congreso Constituyente?

—No lo sé. La verdad no es el minuto de pensarlo, porque uno no sabe lo que va a pasar. Esa discusión se va a tener que dar en dos meses probablemente y vamos a tener que pensar depende de cómo evolucione la crisis sanitaria y la crisis económica, el pie en el que está el país y cuáles son las prioridades.

—El exministro Andrés Chadwick también planteaba la necesidad de un plan B, ¿ha podido abordar ese tema con él?

—No he hablado con Andrés estos días. 

—¿Pero le pareció razonable su planteamiento?

—Hoy es demasiado prematuro ponerse hablar de ese tema. Tenemos que ver cómo evoluciona la pandemia. 

—¿Qué le responde a la oposición que ha acusado que buscan ganar por secretaría?

—Nosotros fuimos firmantes y le dimos garantía al acuerdo. No tenemos miedo de competir y hemos marcado claramente nuestra posición.

—¿El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, cometió un error al reabrir el debate?

—Era inevitable el tema, si dio una entrevista el día que se iba a hacer el plebiscito, entonces, era inevitable que le preguntaran. Me parece honesto de su parte que diga lo que piensa. 

—Pero finalmente terminó reagrupando a la izquierda en una declaración conjunta...

—Sí, pero la verdad es que en este lado de la vereda no van a encontrar eco, porque no estamos planteando suspenderlo, estamos diciendo que hay que evaluarlo.

—El senador UDI Juan Antonio Coloma dijo que esta pandemia demostró que el país funciona bien sin cambiar una coma de la Constitución, ¿es una tesis compartida en el partido?

—Por algo estamos en contra de cambiar la Constitución. Hoy hemos logrado enfrentar la pandemia gracias a que el país funcionaba bien, a que teníamos ahorros, a que el país había progresado con las reglas del juego actuales. Ahora tenemos que concentrarnos en estar en las mejores condiciones para ponernos de pie y salir adelante apenas este termine.

—¿El rechazo a una nueva Constitución está tomando fuerza durante la pandemia?

—Yo creo que sí, que la gente se va a ir dando cuenta de que están perdiendo cosas que habíamos conquistado entre todos. Y que esa conquista se había hecho gracias al esfuerzo con las reglas del juego que teníamos. Y que probablemente vamos a estar mejor parados que los países vecinos. El Rechazo iba como avión y creo que con la pandemia la gente verá que el problema no es la Constitución, es que estuvimos paralizados, es que no hemos podido trabajar, que habíamos gastado parte de nuestros ahorros para poder reconstruir el país después de que lo destrozaron, quemándolo por los cuatro costados. La gente va a a darse cuenta lo que hemos perdido y por otro lado van a querer salir adelante. Hoy gente que antes estaba dispuesta a hacer el proceso ahora va a decir ‘dediquémonos a trabajar’. 

—¿Ha visto en la calle o en su región que hay gente que está adhiriendo al Rechazo?

—No he hablado del tema del Apruebo o del Rechazo, la gente está en otra sintonía. Sí me doy cuenta de que hay menor tolerancia a las manifestaciones, porque el haber controlado la curva fue porque todos nos hemos puesto en condiciones de cooperar y generar medidas de prevención, muchos han dejado de trabajar, han perdido empleos. Entonces, estas manifestaciones, que ponen en riesgo todo eso, la gente las va a condenar. 

—¿Esta pandemia le dio un nuevo aire a la derecha? En el acuerdo del 15-N había una suerte de desmoralización de las ideas de su sector...

—Yo nunca sentí eso. De hecho, por eso digo que íbamos subiendo con el rechazo fuertemente. Íbamos subiendo justamente porque estábamos hablando de política. En Chile, más allá de que había gente que decía ‘si usted cambia la Constitución, vamos a poder tener en su barrio más áreas verdes’, que era una falacia, a la gente en Chile le gusta el orden, la posibilidad de salir adelante, quiere un trabajo digno, quiere poder ganarse la vida sin tener que mendigar, quiere que las cosas funcionen, que las cosas sean justas y ese es el discurso nuestro. Estamos convencidos de que la derecha estaba sacándose los complejos y se estaba mostrando con el aumento del Rechazo.

—¿No eran tan obvio entonces que el domingo iba a ganar el Apruebo?

—Iba a ser una elección súper competitiva.

—¿Esta pandemia no ha demostrado que al menos se necesita un Estado más fuerte o una mejor salud pública?

—No. El Presidente, con la Constitución actual, tiene las herramientas para poder tomar el control de las clínicas privadas y que nadie, independientemente de su situación social, quede sin atención médica. Sin duda hay que fortalecer el sistema público para seguir entregándole dignidad a un sistema que ha estado fallando por décadas, pero eso no significa que hay que destruir el sistema privado.

—¿Hay preocupación de la UDI en torno hechos que han ocurrido como manifestaciones pequeñas durante la cuarentena en Plaza Italia?

—Me preocupa que en nuestro país haya gente que con el nivel de emergencia que estamos teniendo en estado de excepción, con toque de queda, se den el lujo de distraer la atención en manifestaciones que no tienen nada de ciudadanas; están articuladas políticamente.

—¿Por la izquierda?

—No tengo duda. 

—¿Esa preocupación se la ha manifestado al Presidente?

—Sí, se lo planteé en la reunión de (ayer) en la mañana. Le dijimos que nos parecía que era una irresponsabilidad que ciertas personas usen la violencia para generar desórdenes, para atacar a Carabineros, para generar una situación de inestabilidad. Le dije que si se vulneraban las normas, tenían que aplicarse todas las herramientas legales que tuvieran en la mano para que esas personas asuman sus responsabilidades.

—¿Obtuvo una respuesta satisfactoria?

—Creo que sí. 

—¿Cómo ha manejado el Gobierno el orden público durante esta crisis? 

—Lo ha manejado bien, me parece que además las mismas personas tienen menos tolerancia a este tipo de manifestaciones. Ya hubo mucho comerciante que no pudo vender nada para navidad, que estaban al borde de la quiebra, y a esto le sumamos ahora la pandemia, ¿y más encima quieren seguir destruyendo? La verdad es que uno dice: paren.

—¿Hay mejora entonces del Gobierno en esa gestión en comparación del estallido social?

—No es comparable en este minuto, pero yo supongo que tiene que haber ido mejorando.

—El presidente de RN, Mario Desbordes, afirmó que la crisis económica puede reavivar el estallido social y con más fuerza, ¿lo advierte igualmente?

—Puede ser. Una crisis económica, donde la gente lo pasa mal, en donde hay niveles altos de cesantía, siempre es tierra fértil para el discurso de la lucha de clases de la izquierda y eso generalmente polariza y exacerba a las sociedades y permite que haya grupos violentistas que usufructen de esa tensión. 

—¿Cree que antes de la pandemia se hicieron cambios importantes que pueden evitar un nuevo estallido?

—Se avanzó muchísimo. Prácticamente toda la agenda social del Gobierno va a quedar aprobado. Salvo el tema de pensiones, se ha avanzado mucho.

—¿Se debe retomar la reforma previsional?

—Hay que tomar esa reforma de todas maneras, porque es un tema de justicia social. Me parecería un error no abordarlo. 

La “revalidación” de Piñera

—¿Cuál es su evaluación de la gestión del Gobierno en esta pandemia?

—El Gobierno lo ha hecho bien. La pandemia es un tema del que todos los países están aprendiendo, y el Gobierno ha tomado medidas en el sentido correcto y de manera multifactorial. Tenemos que avanzar en controlar los contagios, pero también darle estabilidad al país porque al final del día la familia que se va a salvar de esta pandemia viven en este país y necesitan vivir en condiciones de dignidad.

—¿No cree que exista una disyuntiva entre controlar contagios y reactivar la economía?

—No, son las dos cosas juntas. Si estamos trabajando para que las familias puedan tener estados de salud adecuados, y que puedan sobrellevar esta pandemia de buena manera, también tenemos que preocuparnos de que posterior a esta pandemia, las familias puedan tener una vida digna.

—¿Qué tan grave cree que será la crisis económica? El Presidente ha dicho incluso que puede volver el hambre al país...

—Va a ser muy grave. Si no hubiese habido este proyecto de protección de empleo, todas esas personas hoy estarían cesantes, entonces, las cifras de cesantía están aumentando ferozmente. Vamos a tener un año muy difícil. Espero que las medidas que está tomando el Gobierno nos permitan, una vez que pase esto, enfrentar con esperanza el próximo año. 

—¿El Gobierno ha sido triunfalista? Planteó por ejemplo una nueva normalidad antes del supuesto peak de contagios...

—No. Siempre hay cosas que a uno le podrían gustar más o menos, pero yo creo que el concepto nueva normalidad me parece que es adecuado y me parece más adecuado aún cuando la izquierda trató de tergiversarlo, lo hayan cambiado y hayan puesto retorno seguro.

—¿Pero cree que al menos le dio un nuevo aire al Gobierno dado que estaba sumergido en la crisis social y política?

—El Presidente Piñera tiene personalidad y coraje para enfrentar los desafíos difíciles. Y en esta emergencia, ha mostrado un liderazgo para poder tomar decisiones que eran difíciles y duras y eso, más que un nuevo aire, lo ha revalidado con la ciudadanía. 

—Usted ha dicho que se debe tener cuidado al momento de dar mensajes, porque “se puede dar una falsa sensación de seguridad” en alusión a la nueva normalidad que acuñó en un principio el gobierno”. ¿El Gobierno ha mejorado entonces en mensaje?

—Se ha ido mejorando. El concepto de la nueva normalidad hay que explicarlo y adecuarlo. La vuelta a clases probablemente no va a ser como antes, probablemente se dividirá a un curso, la mitad en la mañana, la otra en la tarde, y con jornadas más cortas, como eran antiguamente. Nosotros allí vamos a tener que avanzar hacia retomar las actividades que hacíamos antes pero de manera distinta conviviendo con el virus hasta que salga la vacuna.

—El Presidente los convocó en una reunión para abordar la pandemia, ¿pudieron abordar allí estas descoordinaciones justamente en este tema de la nueva normalidad?

—Sí. Hablamos de que esto debía ser un proceso, que no podía ser brusco. Que probablemente requiere un aprendizaje de la gente para no descuidar las normas de aislamiento social y no caer en lo que yo decía sobre la falsa seguridad.

—¿Cree que el Gobierno ha mejorado entonces la comunicación con su coalición?

—Yo creo que sí. El Gobierno está haciendo un esfuerzo por tratar de coordinarse adecuadamente. Ahora, en ese tiempo, donde estamos todos aislados, es más difícil, pero sí tiene la voluntad de coordinación.

—¿La Moneda está escuchando ahora entonces a los partidos oficialistas?

—Yo creo que sí, hay muchas cosas de las cuales nos han escuchado. 

—¿Cree que la relación del Ejecutivo con los alcaldes ha ido mejorando?

—Sí, ha ido mejorando la coordinación. Los alcaldes son quienes tienen mayor cercanía con la comunidad, por lo tanto, están sometidos a una presión de las personas y creo que sobre todo en el Minsal se han generado los espacios para poder ir incorporando las distintas miradas a esta crisis. Porque sin duda la mirada los alcaldes debe estar incorporada.

—¿Los alcaldes son la verdadera oposición, como dijo el exsubsecretario Aleuy?

—No. Los alcaldes han planteado sus puntos de vista y el Gobierno ha tenido la capacidad de incorporarlos, y me parece legítimo que se plantee los disensos que pueden haber. Lo que ocurre es que parte de la oposición ha tenido una actitud de obstruccionismo tratando de impedir que el país salga adelante. Eso al final del día lo evalúa de mala manera.

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