El Presidente Boric anunció un plan de 1.500 millones de dólares para seguridad. ¿Qué te parece la propuesta?

-Es una cantidad significativa de recursos que yo espero se ejecuten con la mayor velocidad posible y vayan destinados a los puntos centrales que colaboren a una actuación más rápida, más rigurosa de Carabineros.

-¿Qué áreas necesitan recursos?

-Por ejemplo entiendo que el Parque Tecnológico de Carabineros está muy deteriorado. Todo ese sistema que existe para el control de identidad en línea prácticamente no está funcionando. El control de identidad es un instrumento para la prevención. Para que funcione tiene que ser rápido, a través de instrumentos tecnológicos que puedan determinar con rapidez si hay órdenes pendientes.

Me dicen también que el sistema de GPS que permite desde una central o varias centrales, determinar dónde están las patrullas, si están las patrullas en el lugar que corresponde, cuánta gente está encargada de desplegarse en la calle, tampoco está funcionando del todo bien.

-¿El tema de la cámaras es relevante?

-Las pocas cámaras personales que son muy útiles desde todo punto de vista, ya no están funcionando porque fueron de mala calidad. Todas las policías del mundo moderno, todo policía que está en la calle, anda con una cámara portátil de excelente calidad.

Si una parte de los recursos se va a destinar a eso me parecen muy bien. Si se va a mejorar el parque automotriz puede ser bueno también; si se va a comprar armamento moderno, que pueda enfrentar el tipo de armamento con que anda la delincuencia, sería buenísimo.

-¿Qué reflexión te deja el asesinato de Daniel Palma a balazos en el centro? Van tres asesinatos de Carabineros en menos de un mes.

-Primero, como cualquier ciudadano normal, me uno al dolor, a la indignación que produce este hecho. El dolor más directo lo tiene la institución, la familia. He leído que era una pareja que tenía un hijo y otro en camino, una cosa devastador desde el punto de vista familiar. Yo creo que todos los chilenos y chilenas amanecimos con un dolor brutal y con la sensación de inquietud sobre qué le pasó a nuestra sociedad. Se ha perdido el respeto a la autoridad de Carabineros de manera creciente. Eso es gravísimo.

-Los 4 ex Presidentes estuvieron en el responso de cabo Palma.

-Me da alguna esperanza el movimiento que se levantó de repudio generalizado o la participación de los ex Presidentes, la manera rápida que ha reaccionado el gobierno, las fuerzas políticas. Se repite mucho, pero ojalá que este nuevo mártir de Carabineros sí traiga consigo lo que se denomina normalmente como un punto de inflexión. Ojalá que sea así, porque no da para más.

Nosotros como sociedad, creo que estamos pagando las consecuencias de tres años en que se puso en tela de juicio permanentemente el orden público, la autoridad de Carabineros. Había un discurso de que había que empezar de cero.

-Del estallido social

-Claro, ese discurso que fue político, no solo de los autores materiales de los delitos del estallido, sino del discurso político que fundamentalmente lo vocearon quienes hoy día están en el gobierno, incluido el propio Presidente.

Yo reconozco que ha habido un cambio copernicano y que hoy día cualquier persona de buena fe entiende que el gobierno está respaldando con todo a Carabineros. Pero ahí hay una mochila que hay que derrotar, que nos ha hecho mucho daño; esta idea de que el orden público valía lo mismo, que no había que respaldar a las instituciones ni a Carabineros.

-¿Todavía hay contradicciones en el oficialismo?

-Tenemos contradicciones en este preciso momento. El Gobierno respalda absolutamente a Carabineros, pero al mismo tiempo en el Ministerio Público adelanta una investigación por sendas querellas como violador de los derechos humanos contra el general director de Carabineros durante el estallido. Eso es un reflejo del problema que tenemos.

-¿Cuando fuiste ministro del Interior no había tantas muertes de uniformados?

-Muertos de carabineros siempre ha habido, pero no con la frecuencia que hay ahora. El delincuente común era muy extraño que disparara a matar a un carabinero. No es primera vez que ocurre, pero la frecuencia es sumamente preocupante. Hay delincuentes que definitivamente disparan a matar a la primera de cambio.

-¿Existe la posibilidad que bandas narcos estén involucradas?

-Puede ser una banda, puede ser un delincuente ocasional. No estoy en condiciones de determinar. Más allá de quiénes sean los autores del crimen, tenemos un problema: en el último tiempo ha entrado una migración que derechamente vino a delinquir. Tenemos que ser capaces de acelerar la expulsión de los delincuentes, de las personas que han venido a delinquir a Chile. .

-Desde tu experiencia, ¿cuál es la clave para solucionar los problemas de Carabineros?

-Pueden haber muchas leyes necesarias, otras que faltan. Podrá haber mucha inversión en tecnología, pero lo central es que en este país volvamos a entender -y particularmente la autoridad política- que sin una fuerza policial respaldada, nada va a funcionar.

Este gobierno partió muy mal, muy mal, con un discurso desastroso en esa materia. Los hechos lo han llevado a cambiar ese discurso. Bienvenido. Pero hay que mantenerlo sin regresiones.

-Hablabas de leyes que hacen falta. ¿La Nain Retamal no es suficiente?

-La ley Nain Retamal es una buena noticia. Salió mejorada. Pero ojo: he escuchado algunas personas que dicen que si la ley hubiera estado vigente en la noche del asesinato del carabinero Palma, él podría haber disparado. Eso es un absurdo. Siempre, con la legislación actual, se puede un carabinero defender respecto a una agresión, Obviamente, la brutalidad y la sorpresa del delincuente no le dio la oportunidad.

Pero una ley fundamental es tener un Ministerio de Seguridad de giro único y exclusivo. Que  se dedique al tema de la seguridad. Que ciertos bolsones de autonomía presupuestaria y de ejecución de las policías, cedan frente a un trabajo más coordinado que permita modernizarla. Y que permite que haya una o un ministro dedicado exclusivamente a eso y no sea parte de un ministerio que tiene el carácter más bien de jefatura política. Eso es bien urgente. No hemos desvariado demasiado tiempo.

-¿Qué te parece esta división en la izquierda, que Apruebo Dignidad haya rechazado puntos centrales de la ley?

-Voy a ser bien franco. En la medida que el Presidente de la República y la parte más importante de su coalición estén claros en lo que hay que hacer, me da un poco lo mismo. Si los partidos de la extrema izquierda, el Partido Comunista y otros pequeños partidos del Frente Amplio quieren insistir en una posición contraria a las medidas que hay que tomar, es problema de ellos. No podemos estar pendientes del Partido Comunista o de ciertos sectores del Frente Amplio.

-¿Está la idea de que haya un estado excepcional en algunas zonas de Santiago. La ves con desconfianza?

-Mira, si hace cinco años alguien hubiera planteado eso, probablemente mi respuesta habría sido que estaba fuera de lugar. Pero tal como están las cosas, es una cuestión susceptible de debatirse. Mi opinión es que hay que dar a Carabineros, la Policía de Investigaciones, una oportunidad con los nuevos instrumentos legales. Si eso no nos resulta, obviamente esa alternativa acotada puede llegar a ser necesaria, pero no creo que sea el momento.

-¿Para zonas donde el narcotráfico tiene presencia?

-El Estado de excepción no es una solución mágica. No lo ha sido en varias partes del mundo respecto al narcotráfico. Tampoco es una solución mágica en Chile. Tenemos estado de emergencia en la macrozona Sur. En la última semana han habido tres atentados incendiarios en la carretera que une a Chile, la 5 Sur. Entonces déjame decirte que cuidado con convertirlo en una panacea.

Publicidad