Esta mañana, el ex candidato presidencial del PRO, Marco Enríquez-Ominami, hizo uso de su derecho a guardar silencio durante su encuentro con la Fiscalía en calidad de imputado por el llamado "caso Jet". 

En esas indagatorias, se investiga la posibilidad de actos ilícitos en el uso de un avión privado proveniente de Brasil para su campaña presidencial en 2013. 

La aeronave correspondía a la firma brasileña TAP y habría sido arrendada por la empresa OAS, que es investigada en ese país por corrupción.

Luego de que ME-O se retirara del encuentro con el Ministerio Público sin hacer declaraciones sobre si pagó o no por dichos servicios, el partido Progresista emitió un comunicado en el que alude a las conversaciones que tuvo su vicepresidente, Camilo Lagos, con los persecutores sobre el avión.

Esto, luego de que un ex ejecutivo de OAS reconociera en La Tercera que, a diferencia de lo que declararon en Chile los responsables del PRO y el propio Enríquez-Ominami, el jet fue una "donación" (la ley electoral prohíbe este tipo de apoyos por parte de extranjeros).

Según el comunicado del PRO, en esas reuniones con los fiscales Paola Castiglione y Claudio Rebeco, Lagos señaló que "que él, así como la Directiva del PRO, entendió erróneamente que el avión era parte de un servicio comunicacional que había sido pagado, y que ello también fue comunicado erróneamente a Marco Enríquez-Ominami".

"Sin embargo, posteriormente, se confirmó que en los gastos de campaña no se incluyo la utilización del avión. Además (Lagos) aclaró que Marco Enríquez-Ominami nunca estuvo al tanto de los aspectos administrativos y financieros del manejo de la campaña, en tanto su foco estaba en su rol de candidato presidencial", añadieron. Aseguró su plena confianza en que el tema será aclarado durante la investigación, confiando en el trabajo de la justicia.

Las versiones iniciales

La versión se da a conocer cinco meses después de que en marzo se iniciara una polémica luego de que La Tercera revelara que en la declaración de gastos de campaña de ME-O, sólo $6 millones de pesos fueran incluidos en el ítem de movilización.

Desde el PRO indicaron en ese momento que los gastos asociados al avión habían sido parte de una factura de $170 millones correspondientes a un acuerdo con la agencia brasileña que ofrecía el jet privado. La figura usada, dijeron, fue que la empresa Cono Sur Research (del ex brazo derecho de ME-O, Cristián Warner) subcontrató los servicios de un publicista brasileño que incluyó el avión.

"El avión fue parte del paquete que ofreció la agencia brasileña que vino a Chile a hacerse cargo de las principales tomas, imágenes (...) fue parte del ofrecimiento (...) Legalmente nosotros como campaña no podemos gastar en un servicio provisto por extranjeros (...) el mismo Servel nos sugería hacerlo a través de agencias chilenas, y lo hicimos por una agencia chilena que contrató a la agencia brasileña", explicó por ese entonces Camilo Lagos.

El propio Enríquez-Ominami, en tanto, dijo a su vez a Radio Agricultura: “¿Quién lo pagó? Nosotros, efectivamente en esa campaña franciscana que gastó 10 veces menos que Michelle Bachelet o Evelyn Matthei, efectivamente ese avión lo pagamos nosotros”.

Explicación que en julio de este año quedó en entre dicho tras conocerse la versión de Augusto César Ferreira e Uzeda, ex director de asuntos internacionales de OAS.

En entrevista con La Tercera, el brasileño explicó que el avión fue cedido como parte de "una decisión institucional".

"Yo no sé por qué Marco Enríquez no habla con los periodistas de una manera clara y transparente sobre el arreglo que hubo con nosotros. Si OAS hizo una donación para Marco Enríquez por una amistad personal, me parece un tema tan banal, tan menor, que no entiendo por qué no lo transparentó. Por qué no habló con la verdad: ‘Me prestaron un avión por dos o tres meses", indicó.

 

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