Esta semana Alberto Larraín (35) tomó una decisión que venía pensando hace tiempo: dejó su trabajo en la Subsecretaría de Salud, donde asesoraba a Jaime Burrows por poco más de 2,5 millones de pesos brutos al mes, para dedicarse de manera exclusiva y formal a la campaña de la candidata presidencial de la DC, Carolina Goic.

Un mensaje a través de Whatsapp del psiquiatra de la Universidad de Chile, daba cuenta de su determinación: “Hola a todos. Les quería contar que hablé con el subsecretario para presentar mi renuncia, me iré a trabajar a tiempo completo con la senadora Goic a partir del 1 de junio. Fue una decisión personal y familiar muy difícil, pero lo he rezado harto y creo que es lo que tengo que hacer”, comunicó Larraín, quien hoy es considerado como uno de los asesores más cercanos a la abanderada.

Aunque su militancia es tardía, y recién ingresó a las filas de la Democracia Cristiana el 2011, desde su arribo a la falange Larraín comenzó a ganar espacios de forma acelerada. Al poco tiempo de ingresar al partido fue parte de la campaña de Claudio Orrego -quien obtuvo el tercer lugar en las primarias presidenciales de 2013- y ya en la DC creó el movimiento Cardumen, que cuenta entre sus logros con el triunfo de Claudio Castro como alcalde de Renca.

El grupo, al que también adscribe el ex subsecretario de Transportes, Cristián Bowen -entre otros- fue firme partidario de una de las ideas que, junto con la opción del PS de proclamar a Alejandro Guillier en desmedro de Ricardo Lagos, tensiona hoy al oficialismo: llegar con una candidatura propia de la falange a la primera vuelta, lo que dejaron por escrito en una declaración pública un día antes de la Junta Nacional de fines de abril.

El texto también era crítico con la Nueva Mayoría: “Consideramos no sólo posible, sino necesario y responsable, cuestionarnos sobre la continuidad de la coalición en los términos actuales, así como nuestro rol en ella”, decía la declaración, acogiendo uno de los temas más sensibles  para la colectividad y que genera una fuerte división interna.

Larraín, uno de los orejeros que según fuentes de la DC es de los que más influye en Goic, impulsaba de esta manera el lanzamiento de una candidatura que promete llegar hasta la primera vuelta de noviembre, pese a que no ha logrado marcar en las encuestas.

De jesuita a formador de jóvenes

Al interior de la DC la figura de Larraín genera opiniones encontradas. Mientras quienes lo conocen lo describen como un hombre comprometido y con la misión de reclutar nuevos militantes jóvenes, sus detractores acusan un estilo mesiánico. Además, hay quienes resienten que forma parte de un reducido e impenetrable círculo de confianza de Carolina Goic.

Hace algunas semanas, la ex ministra Laura Albornoz calificó un “error rodearse de ciertos fanáticos que no son capaces de darle conducción a esta candidatura” de la timonel DC. Sus dichos, dicen en el partido, apuntaban -entre otros- a los hermanos Walker (en particular a Ignacio y Matías) y al propio Larraín.

Entre los conocidos del médico, sin embargo, la visión es distinta. “Alberto es muy hábil en liderar equipos, desarrolla mucho la parte humana en su grupo”, cuenta un militante que ha trabajado con Larraín, quien hace algunos años estudió en el seminario jesuita para ser sacerdote.

Su lazo con Goic y la DC

Antes de ingresar a la DC, Larraín ya conocía algo del partido, pese a que en su familia hay vínculos con el Partido Comunista. Su padre -del mismo nombre- aparece entre las personas identificadas como víctimas en la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (Comisión Valech).

El médico está casado con Josefina Huneeus, hija de dos históricos militantes democratacristianos: Carlos Huneeus y Marta Lagos.

Su lazo con Goic, en cambio, lo ha relatado él mismo en sus redes sociales. “Hace 3 años le escribí a la senadora Carolina Goic para ofrecerle toda la colaboración que pudiera brindar en su trabajo como parlamentaria, con el convencimiento de que era un liderazgo que le hacía bien a Chile”, publicó en su cuenta de Facebook el 1 de mayo pasado.

En el mensaje, Larraín reconocía que la candidata de la falange es de “las personas que más me ha marcado y me ha hecho seguir en esto”.

“Hoy, 3 años después de conocerla, estoy profundamente convencido que Chile no tiene ninguna candidata mejor a la Presidencia que ella”, planteó el ahora ex asesor de la Subsecretaría de Salud en el mensaje.

A Goic, dicen en la DC, se fue acercando por temas relativos a salud, su área de expertise, pero con el tiempo fueron estrechando el vínculo. “Lo que tienen en común ambos es que hablan desde la convicción de llegar hasta el final, sin importar una derrota”, resume un militante que conoce a la timonel y al doctor, dando cuenta que Larraín sería parte del grupo DC que impulsa la idea del "camino propio" de un partido donde varios de sus integrantes se sienten incómodos en una coalición de izquierda.

La vida de Larraín, en todo caso, está lejos de ser solo política, como la de militantes más tradicionales. Su tiempo lo reparte entre la medicina y la Fundación Procultura, dedicada a la restauración patrimonial, en la que forma parte del directorio, al igual que el marido de Goic, Cristián Kirk.

T13 Semanal intentó contactarse con Larraín, pero éste no respondió los mensajes ni llamados, mientras que desde el entorno de la senadora aludieron a que Goic consulta con varias personas sobre sus decisiones.

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