Un rostro del Apruebo en Interior

Apenas se concretó el profundo ajuste ministerial de julio -que descabezó el comité político tras la crisis oficialista provocada por la aprobación del retiro del 10% de las pensiones- la oposición motejó al nuevo equipo como el gabinete del Rechazo. La ofensiva apuntaba a la llegada de Andrés Allamand a Defensa, Jaime Bellolio a la Segegob, pero particularmente, al arribo de Víctor Pérez a Interior. Sus orígenes políticos como alcalde designado en el régimen militar y su perfil como representante del ala dura de la UDI cultivaron una crítica que tanto el Presidente Sebastián Piñera como sus ministros se esforzaron en desestimar.

El macizo triunfo del Apruebo en el plebiscito del 25 de octubre trajo el tema a la palestra nuevamente. A las críticas opositoras se sumó la división que se explicitó en Chile Vamos producto del resultado. La inminente salida de Pérez -contra las cuerdas por una acusación constitucional que a poco andar se percibió como irreversible- instaló el debate en el oficialismo: que perfil elegiría Piñera para su sucesor: un duro, que mantuviera la línea del hoy exjefe de gabinete, o un dialogante, que se hiciera cargo de que casi un 80% de la ciudadanía había optado por el Apruebo hace diez días.

La elección del alcalde de Estación Central Rodrigo Delgado muestra que el Mandatario optó por la segunda opción. Aunque es militante UDI, el edil cultivó un perfil transversal en los últimos meses. Fue protagonista de la ofensiva de los alcaldes tras el estallido social, en la que demandaban a La Moneda una mirada más comprensiva con las demandas callejeras. Un perfil que luego reafirmó definiéndose a favor del Apruebo ya a comienzos de este año. Quienes lo conocen también le reconocen otras cualidades vinculadas a dicho perfil: redes políticas que alcanzan a la oposición no sólo a nivel alcaldicio y un discurso reivindicatorio de la gestión municipal justo en momentos en que son los ediles uno de los pocos sobrevivientes al lapidario juicio de la opinión pública sobre las instituciones políticas.

El plan UDI termina redondo

Si el golpe duro se avizoraba para la UDI este lunes, en vísperas de la caída de su segundo ministro del Interior, el gremialismo ideó una salida “digna” de Víctor Pérez en medio de la entonces inminente aprobación de la acusación constitucional. Una renuncia inmediata a la votación en la Cámara de Pérez se dio finalmente este martes, lo que fue resistido hasta último minuto por Sebastián Piñera.

Sin embargo, la UDI puso sobre la balanza la lealtad, cercanía y los 40 años dedicados a la política del exsenador. “Habla muy bien que se defienda en el Senado como ciudadano”, dijo la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, cercana a Pérez, pensando además en el futuro político del exsenador: ambos apuestan a que una vez renunciado, el Senado no avance hacía la inhabilitación por cinco años que supone la aprobación del libelo acusatorio. 

El plan finalmente este miércoles terminó redondo: la UDI mantuvo su liderazgo en el Ministerio del Interior y con una figura transversal como Rodrigo Delgado, quien también tenía un futuro político incierto, pues al cumplir tres periodos no podía reelegirse ni ocupar otro cargo popular a raíz de la nueva ley que el gobierno decidió no vetar. 

Tal como el martes por la tarde lo habían planteado en la UDI en sus conversaciones y análisis, se terminó imponiendo un liderazgo “fuerte” de una comuna grande; se decía que los alcaldes debían hacerse cargo de un Ministerio como Interior dado su alto respaldo ciudadano.

Delgado es una figura que incluso había sido pensada hace pocas semanas como una carta de consenso para la mesa directiva de la UDI junto al senador Juan Antonio Coloma. 

“Rodrigo Delgado tiene una gran capacidad política, pero además cuenta con un profundo conocimiento de las necesidades chilenas y del nuevo Chile y con una gran capacidad de diálogo”, dijo apenas asumió Delgado la jefa de comité de la UDI, Ena von Baer.

Los alcaldes en la primera línea

Rodolfo Carter, alcalde de La Florida, activo miembro del comando de Piñera en la segunda vuelta presidencial de 2017, ha sido uno de los ediles que ha dicho públicamente que resintió no ser nombrado en el gabinete.

Su queja no es aislada. Y es que ningún alcalde de Chile Vamos, hasta este miércoles, había sido seleccionado por el Presidente Piñera para sumarse al equipo ministerial.

Desde el estallido social, los alcaldes de Chile Vamos han hecho resaltar su liderazgo lo que terminó de coronarse durante la pandemia y las primeras semanas de crisis. De hecho, figuras como Germán Codina (Puente Alto) se impusieron en varias ocasiones al entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich, en torno a decisiones de la ciudad. Insistieron por ejemplo en la suspensión de clases y lo lograron. 

Durante las últimas semanas, además, los partidos políticos habían apuntado al liderazgo que tendrán los alcaldes durante la campaña para elegir a los integrantes de la Convención Constitucional. ¿La razón? Nuevamente su alto respaldo ciudadano y la inclinación mayoritaria de los ediles por el Apruebo. 

Así, la llegada de Delgado a La Moneda terminó de cierta forma pagando esa "deuda". El Presidente Piñera, de hecho, durante el acto de cambio de gabinete en el Salón Montt-Varas, destacó la amplia experiencia en el mundo municipal de su nuevo jefe de gabinete.

La compleja ecuación del orden público

El dato es irrefutable. Los tres ministros del Interior del segundo gobierno de Sebastián Piñera -Andrés Chadwick, Gonzalo Blumel y Víctor Pérez- han sido acusados constitucionalmente o amenazados de ello producto del manejo del orden público. Un antecedente que marca el punto de partida de Rodrigo Delgado, quien este miércoles, en la conversación que sostuvo con los concejales de Estación Central al momento de su dimisión al sillón edilicio, dijo saber muy bien que venían “momentos difíciles” para él.

En el gobierno y en Chile Vamos saben que ahí se concentrará el principal desafío del nuevo jefe de gabinete. Más allá de su agenda política, es en el ámbito de la seguridad y del orden público donde deberá calibrar una compleja ecuación donde satisfaga las demandas de respeto al orden público que provienen del electorado tradicional de la derecha sin abrir nuevos flancos en materia de eventuales abusos de las policías que activen nuevas ofensivas opositoras. 

En La Moneda confían en que su experiencia en materia de seguridad comunal pueda contribuir a atacar la sensación de inseguridad vinculada a la delincuencia pero aún no tienen claro cuál será el panorama en materia de orden público, ya que el plebiscito trajo consigo una atenuación de las manifestaciones y la violencia callejera. 

Otro foco de atención para la evaluación de su gestión será lo que ocurra La Araucanía. Un frente donde su antecesor no se inhibió, rebatiendo de entrada la consigna de la existencia de presos políticos, argumento que fue esgrimido por sus opositores para apuntarlo por provocar un recrudecimiento del clima de violencia en la zona.

“Tengo la mejor opinión de Rodrigo Delgado. Es un trabajo muy duro, va a tener todo nuestro apoyo. Nosotros, los parlamentarios de La Araucanía estamos a la espera de la respuesta de nuestro petitorio”, planteó el presidente de Evópoli, Andrés Molina, diputado por la zona que integró el grupo de tres parlamentarios de ese partido que congeló la relación con el gobierno producto de la situación que se vive en la región sureña.

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