El telescopio espacial James Webb alcanzó su destino final, casi un mes después después de despegar de la Guyana Francesa el pasado 25 de diciembre y navegar por el espacio, se ha ubicado en el segundo punto de Lagrange (L2), de acuerdo a lo que ha informado la NASA.

Ubicado a más de un millón y medio de kilómetros de la Tierra y más allá de la propia Luna, el telescopio ya desplegó su parasol del tamaño de una cancha de tenis y un enorme espejo dorado que le ayudará a estudiar el universo de nuevas formas y asomarse al interior de la atmósfera de los exoplanetas ubicados en las cercanías del Sol.

“Webb, ¡bienvenido a casa!”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson, en un comunicado. “Felicitaciones al equipo por todo su duro trabajo para asegurar la llegada segura de Webb a L2 hoy. Estamos un paso más cerca de descubrir los misterios del universo. Y no puedo esperar a ver las primeras imágenes nuevas del universo de Webb este verano”.

Pese a que el telescopio ya está ubicado en su órbita y puede observar el Universo desde una perspectiva única en la historia de la humanidad, tendremos que esperar algunos meses más para ver sus primeras imágenes.

¿La razón? Con el espejo y parasol desplegados, los ingenieros en el Instituto Científico del Telescopio Espacial en Baltimore comenzarán ahora un proceso que durará de tres a cinco meses, calibrando los instrumentos y esperando que se enfríen lo suficiente; ya que deben mantenerse a una temperatura de -223°C para funcionar.

Mientras que el telescopio espacial Hubble orbita alrededor de la Tierra, Webb lo hará alrededor del Sol alineado con la Tierra, ya que nuestro planeta también orbita alrededor del Sol.

Si todo sale según lo planeado, este proyecto de 10 mil millones de dólares podría enviar sus primeras imágenes a mediados de año.

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