A pesar de que la Tierra parece ser un lugar seguro, hay muchas cosas a su alrededor que pueden, en algún momento, acabar con toda la vida humana que alberga este planeta. 

Ya ocurrió una vez cuando un gran mateorito impactó este sitio y causó la extinción de los dinosaurios, por ejemplo, así que estas rocas espaciales siempre han sido una preocupación. No obstante, no es el único peligro -espacialmente hablando- que podría causar una catástrofe en nuestro hogar.

La NASA ha descubierto que hay un nuevo evento del espacio exterior que afectaría a planetas como la Tierra en el caso de estar lo suficientemente cerca. Esto fue posible gracias a el observatorio de rayos X Chandra de la agencia espacial y otros telescopios.

¿De qué se trata, entonces, esta nueva amenaza espacial? 

Antes de explicarlo, es necesario saber que como todo en esta vida, las estrellas masivas tienen un inicio y un final y cuando mueren, generan una supernova, una violenta explosión que puede dejar secuelas por todo el espacio, por la inmensa cantidad de energía que libera.

Por tanto, una nueva investigación astronómica indicó que la onda expansiva de una supernova tiene mucho más alcance de lo que se creía y es capaz de lanzar el gas denso de la estrella a otros sistemas estelares lejanos.

De acuerdo a la información de la NASA, esta onda expansiva causa la emisión de radiación de alta energía, como rayos X y rayos gamma. Si esto llegara a impactar a un planeta como el nuestro, acabaría con toda forma de vida existente que dependa de atmósfera.

La onda expansiva de una supernova podría ser altamente peligrosa para los planetas

Esta radiación de alta energía alteraría la composición química de la atmósfera y eliminaría pedazos de la capa de ozono, que es indispensable para mantener la vida en la Tierra, por ejemplo. 

Ya que la capa de ozono funciona como una capa protectora de la radiación ultravioleta (UV) al no tenerla esta energía penetraría sobre nuestro planeta y no tendríamos chance para salvarnos, porque la Tierra estaría bajo una nube de dióxido de nitrógeno, altamente tóxica.

Los expertos de la NASA indican que la Tierra podría ser sensible a este tipo de eventos aunque la explosión estelar ocurra a más de 100 años luz de distancia. Por esta razón, han empezado a monitorear supernovas cercanas a nuestra galaxia para predecir el rango y las posibles consecuencias que pueda tener su onda expansiva.

De momento, creen que la Tierra y el Sistema Solar están fuera de peligro, pero que cualquier otro planeta de la Vía Láctea podría morir de esta forma en un futuro cercano. 

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