El pasado 3 de febrero, la empresa espacial SpaceX de Elon Musk lanzó 49 satélites Starlink a la parte baja de la órbita terrestre, a una altura aproximada de 210 kilómetros de la Tierra.

Sin embargo, 40 de los 49 satélites quedarán destruidos. Así lo informó la propia Space X en un comunicado de prensa, donde revelaron que una tormenta geomagnética ha afectado a la gran mayoría de sus satélites colmena que son usados para dar señal de Internet.

Los satélites de Starlink han comenzado a caer luego de no alcanzar su órbita adecuada alrededor de la Tierra y quedarán desintegrados con la atmósfera en lugar de alcanzar su sitio o ser reutilizados.

Las tormentas geomagnéticas “ocasionan que la atmósfera se caliente, y que la densidad atmosférica se incremente en las bajas altitudes”, que es donde está ubicados normalmente estos satélites.

Esta tormenta geomagnética que se dio el pasado viernes 4 de febrero, fue tan fuerte y transcurrió a tal velocidad que impactó a los satélites a niveles superiores a un 50%, en comparación con los vuelos normales, según explicó la empresa.

No hay peligro para la Tierra

Ante el fenómeno natural que afectó las sondas, los científicos de SpaceX aseguraron que los satélites entraron en “modo seguro”. Aún así, se estima que “hasta 40” de los satélites no pudieron restablecer su curso y caerán de nuevo en la atmósfera terrestre, algo que según la empresa “no representa peligro”.

“Están diseñados para desintegrarse en cuanto entren en la atmósfera. No se producen escombros orbitales, y ninguna parte de los satélites llega a tocar la superficie”.

SpaceX califica a la tormenta geomagnética del viernes como “una situación única, que demuestra los grandes esfuerzos de nuestro equipo científico por garantizar que nuestro sistema es de lo más avanzado en cuanto a la mitigación de escombros orbitales”.

Según datos de la empresa de Elon Musk, ya hay 2.000 satélites de Starlink en órbita y se espera que la cifra aumente hasta los 12.000 en los próximos años.

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