Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Accidente Cerebrovascular (ACV), una fecha clave para generar conciencia sobre esta grave urgencia médica. En este contexto el gobierno junto a la Subsecretaria de Salud Pública difundieron información relacionada a los síntomas que se deben reconocer para identificar un ACV.  

La iniciativa de concientización busca promover hábitos de prevención y reforzar la importancia del reconocimiento temprano de los síntomas, ya que una actuación rápida puede salvar vidas y evitar secuelas permanentes.

El ACV, también conocido como ictus o infarto cerebral, ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el cerebro, lo que se denomina ACV isquémico, o cuando un vaso sanguíneo se rompe y provoca un sangrado también llamado ACV hemorrágico. En ambos casos, la falta de oxígeno daña rápidamente las neuronas, lo que puede generar consecuencias irreversibles si no se recibe atención médica inmediata.

Ataque cerebrovascular: una emergencia tiempo-dependiente

El ataque cerebrovascular es una de las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo. Se trata de un evento agudo en el cual el cerebro sufre una lesión vascular que impide su correcto funcionamiento. Según especialistas, la detección temprana y la intervención médica rápida son factores determinantes para reducir las secuelas y aumentar las probabilidades de recuperación.

El doctor Esteban Basaez, neurólogo y jefe del Centro de Innovación en Salud de la Clínica Las Condes (CLC), explica que “hay que diferenciar en el tipo de ataque cerebrovascular, porque se calcula que aproximadamente un 60 o 70% de los ACV corresponden al tipo isquémico, en este caso los factores de riesgo son muy parecidos a los de enfermedad coronaria. Por otro lado, en los del tipo hemorrágico, el factor de riesgo principal es la hipertensión arterial que en nuestro país se produce por un componente genético y ambiental”.

El especialista advierte que las enfermedades cardiovasculares y los hábitos poco saludables aumentan significativamente el riesgo de sufrir un ACV. Entre los factores más frecuentes se encuentran la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. También influyen factores secundarios como el estrés, los trastornos del sueño y una mala alimentación.

Síntomas de alerta: cómo reconocer un ACV

Detectar un ACV a tiempo es fundamental. Entre los síntomas más comunes se encuentran la parálisis facial, la debilidad en brazos o piernas, la dificultad para hablar, la pérdida de equilibrio o visión, y un dolor de cabeza repentino acompañado de mareos o vómitos.

El Dr. Basaez recalca que la regla F.A.S.T., por sus siglas en inglés, puede ayudar a identificar rápidamente un posible ataque pues simboliza las cosas en las que hay fijarse a la hora de intentar identificar un ACV. Las letras responden a los conceptos face, arms, speech y time, lo que en español sería: cara, brazos, habla y tiempo. 

El concepto de cara responde a la necesidad de chequear la simetría del rostro pues uno de los síntomas de un ACV es la parálisis de una parte del rostro. En este caso la recomendación es "Pídele a la persona que sonría y muestre sus dientes. Si un lado de la cara se cae, puede ser síntoma de un ACV"

En el caso de los brazos el concepto es similar. Pídale a esa persona que levante ambos brazos a una posición de 90°, si no puede hacerlo o si uno de los brazos se cae con este ejercicio hay que prestar atención.

También es relevante prestar atención al habla. Si la persona tiene dificultades para hablar o no se le entiende, podría estar sufriendo un ACV.

Finalmente, el tiempo es determinante ante un accidente cerebrovascular. Existe una ventana terapéutica de apenas seis horas desde el inicio del ataque para actuar y minimizar las secuelas. Recibir atención médica inmediata puede marcar la diferencia entre la recuperación y un daño irreversible.

Por ello, se recomienda contactar un servicio de emergencia apenas aparezcan los síntomas. “Se ha demostrado que la atención es mucho más rápida y expedita si uno solicita la ayuda, ya que la atención médica comienza desde el minuto que toma contacto con el paciente”, añade Basaez.

Si no es posible llamar a una ambulancia, lo ideal es trasladar al afectado a un hospital o clínica con mayor capacidad resolutiva, donde el equipo médico pueda actuar de forma inmediata.

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