Todo comenzó cuando el mixólogo mexicano Romeo Palomares decidió celebrar una manera nueva el día de los muertos. Para ello visitó junto a un amigo el reconocido “Mercado de Sonora”.

Al recorrer el lugar, se encontró con una mujer que le ofreció veneno de tarántula en una dosis pequeña que le aseguró no era mortal.

Palomares, dejó el miedo de lado y probó este veneno, tras lo cual de inmediato sintió un sabor “ácido y salado”. Al pasar los minutos comenzó a sentir los efectos de la dosis, los cuales consistieron en una extraña sensación en la lengua, que continuó en un cosquilleo y finalmente en la inflación de esta.

El mexicano decidió experimentar con el veneno por cinco días, lo cual lo llevó directo al doctor por una parálisis de garganta.

Al encontrar la medida exacta del veneno, lo mezcló con pisco chileno, cachaza brasileña, mango y un toque de limón. Al trago solamente le faltaba el nombre. Fue ahí que decidió inspirarse en la súper tarántula Aragog, de la saga Harry Potter.

Para garantizar la seguridad de los consumidores, el mixólogo se asoció con un laboratorio. Hoy puede llegar a vender hasta 200 cocteles por noche.

“Es algo único en la coctelería, pero es sólo para valientes”, recalca Romeo.

Advertencia: Consumir Aragog puede tener reacciones que duran horas. En un primer momento la lengua se adormece, después se siente una sensación de cosquilleo y calambre en la garganta y finalmente una pesadez en los párpados, con un efecto de la necesidad de comer.  

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