El nadador español, Ariel Schrenck, vivió momentos tensos cuando se encontraba entrenando en la playa de Sant Feliu de Guíxols, Gerona, España.

Mientras el atleta paralímpico estaba nadando a metros de la orilla, dos tiburones llegaron y comenzaron a recorrer la zona en búsqueda de alguna presa.

Desde la playa, los padres del deportista que se encontraban grabándolo notaron lo que estaba sucediendo y trataron de advertirle, gritándole.

"Me concentré en poder gritarle para que me escuchara y poder hacerle salir del agua", recordó la madre del nadador Carolina Martínez en conversación con Antena 3.

Mientras su madre gritaba desesperada, el deportista seguía nadando sin saber lo que pasaba a su alrededor.

"Paré a recuperar aire y veo cómo mi madre me empezó a gritar como una loca (…) Si me grita con esta locura es que hay tiburones en el agua", dijo Schrenck.

Y agregó: "En ese momento me entraba un pánico terrible en el cuerpo y empecé a nadar como loco, creo que estaba a 100 metros de la orilla".

El atleta, quien se demoró cerca de un minuto en llegar a la orilla, explicó que "no estoy en plena forma, ni mucho menos, y casi me muero esprintando hacia la orilla". 

Es muy poco habitual que en esa zona exista la presencia de tiburones, y se especula que su avistamiento esté relacionado con la ausencia de seres humanos en el lugar durante los últimos dos meses, debido a la cuarentena por el coronavirus.

 

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