En la "cuna del castellano" no se habla una versión del castellano antiguo.

Los habitantes de La Rioja, la región que ostenta ese título informal y honorífico dicen "joder", "tío" y conjugan -como casi todos los españoles- la segunda persona del plural utilizando el "vosotros". También pronuncian la "z".

Para un paseante despistado, el habla que se escucha en las calles de La Rioja es prácticamente idéntica a la que se puede oír en otros lugares de España.

Pero si prestamos atención empezaremos a percibir diferencias y a descubrir "riojanismos", esas expresiones, palabras y rasgos gramaticales que singularizan al castellano de La Rioja. El de hoy, no el de la Edad Media.

Como reza el dicho inglés, "el demonio está en los detalles". También en las lenguas.

Elegimos 10 de las más comunes y curiosas.

1. El no riojano: "Sí, por los cojones".

En esta expresión se recurre a los testículos para negar de forma tajante sin necesidad de pronunciar la palabra "no".

Cuando en 2015 el periódico La Rioja convocó un concurso para escoger el "Riojanismo más riojano", esta fue la expresión ganadora. Se impuso por 1.036 votos contra 954 que obtuvo la palabra "pantaloneta", segunda también en nuestra lista.

"Casi nunca decimos 'no'. Cuando es un no rotundo, de forma coloquial, decimos 'sí, por los cojones'", señala Ana Terroba, directora del área de filología del Instituto de Estudios Riojanos.

"Por ejemplo: '¿Vas a venir mañana?, Sí, por los cojones'. Es un no pero con fastidio", agrega.

2. Pantaloneta.

El uso de la palabra "pantaloneta" como sinónimo de "pantalón corto" es otro clásico riojano.

"Si dices calzonas, pantalón corto o shorts, no te entienden", me dicen las riojanas Marta y Alba señalando las "pantalonetas" con las que vienen de hacer deporte.

Si se busca esta palabra en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, sin embargo, se identifica como propia de Costa Rica, El Salvador y Honduras.

Una coincidencia curiosa que, en realidad, no es tan extraña.

"Hay mucha similitud entre algunas de las características del riojano y algunas hablas de América", señala Terroba, quien realizó un estudio sobre los riojanismos en la RAE.

3. Canilla.

Esta forma de referirse al "grifo", común en algunos países Latinoamericanos como Argentina, Uruguay y Bolivia, también está viva en La Rioja.

En otras partes de España, en cambio, suena extraña.

4. Golmajería.

Para comprar dulces y golosinas en La Rioja, uno debe acudir a la "golmajería".

En el resto del país, si a alguien se le llama "golmajo" no sabrá que se le está diciendo goloso o aficionados a los dulces.

5. Caparrón.

En el ámbito de los alimentos, las palabras propias abundan. No es extraño ver carteles en los pueblos riojanos en los que se anuncia que se "venden caparrones". Quien se detenga y pregunte por ellos recibirá alubias, judías o frijoles.

6. ¿Qué vida, amante?

Si caminas por una calle de La Rioja y alguien te pregunta "¿Qué vida?" O, incluso, "¿qué vida, amante?", lo más normal es que no esté lanzando una proposición amorosa.

Es, simplemente, una forma -coloquial y cariñosa- que tienen los riojanos de preguntarte cómo estás y de interesarse por tu vida.

7. Mingrana, mengrana o milgrana.

En desuso según la RAE, esta forma de denominar a la "granada" -un tipo de fruta que contiene granos rojos bajo una corteza dura- sigue extendida en La Rioja.

Y al utilizar esta palabra, quizá sin saberlo, los riojanos están haciendo honor a la condición de "cuna de la lengua" de su región.

"'Mingrana' en lugar de 'granada' la utilizó ya Gonzalo de Berceo, el primer poeta en lengua castellana de nombre conocido.

Él la escribía como "milegrana", que es una metáfora muy bonita: una fruta de mil granos. Y nosotros, aún hoy, no vamos a la tienda a comprar granadas, vamos a comprar mingranas, mengranas, milgranas? con todas esas variantes. La palabra está totalmente activa", afirma Terroba.

8. Regalarse

Los helados, la nieve y el hielo, cuando se derriten en La Rioja, "se regalan".

9. Aunecer

Y cuando algo cunde o da de sí, "aunece".

No hace falta buscar esta palabra en el Diccionario de la RAE porque no aparece. Sí figura en cambio en el Diccionario de Riojanismos de Aurora Martínez Ezquerro.

"Esta palabra viene de 'adonecer' o 'dar de sí'. Con la caída de la 'd', queda en 'aunecer'. Y cambia el significado", señala Terrobas.

10. Chiguito

Así nombran en La Rioja a los chicos, chamos, pibes o chavales. Lo complicado en este caso, me dice un hombre frente a la catedral de Logroño, es pronunciar la palabra "a la riojana", con una "g" que se dice de forma suave, casi imperceptible, como si se alargara la "i". Hagan la prueba.

¿Y qué dicen los riojanos?

"Aquí hablamos muy bien. Los que mejor hablamos de toda España. Porque la cuna del castellano es esto", dice entre risas un joven en el centro de Logroño, la capital de La Rioja, cuando se le pregunta cómo hablan los riojanos.

"Bah, eso lo puedes usar para vacilarle a algunos, pero no creo que aquí hablemos mejor", replica otra chica con un punto de realismo.

La razón por la que La Rioja es conocida como la "cuna del castellano" hay que buscarla en San Millán de la Cogolla, un valle de esta región donde, entre los muros del monasterio de Suso, se anotaron en el siglo X lo que muchos consideran las primeras palabras escritas que se conservan en castellano.

Un acento "cantarín"

¿Cuál es la clave entonces para saber si quien tenemos enfrente procede de "la cuna del castellano"?

La mejor respuesta la obtendremos, quizá, preguntárselo directamente a los riojanos.

"En primer lugar el acento. Nosotros tendemos a alargar mucho las vocales finales. Similar al vascuence pero tampoco con la entonación que dan ellos. Una mezcla quizá entre el aragonés y el vascuence", explica Ana Terroba.

La situación geográfica de La Rioja a lo largo del río Ebro, en una encrucijada entre Castilla, Aragón y el País Vasco y Navarra, explica ese tono híbrido.

Es un acento "cantarín", como lo califican varias de las personas a las que pido que definan su propia forma de hablar en las calles de Logroño.

"Solemos hablar muy alto. Como si estuviéramos riñendo aunque no lo estemos", explica Inmaculada en la céntrica Calle Portales de Logroño.

Sin embargo, son las palabras y expresiones cotidianas, coloquiales, las que mejor ayudan a identificar a los riojanos y de las que muchos de ellos parecen sentirse más orgullosos.

El Diccionario de Riojanismos de Aurora Martínez Ezquerro recoge más de 25.000 voces. Algunas son de uso específico de La Rioja, otras se comparten con las hablas de otros lugares.

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Este artículo se publica como parte de la versión digital del Hay Festival Segovia, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad española entre el 22 y el 24 de septiembre.

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