Que Donald Trump decidiera esta semana despedir al director del FBI, James Comey, sorprendió a muchos. Pero hubo otra cosa que también generó asombro: las formas.

Comey se encontraba en Los Ángeles hablando con otros miembros de la agencia gubernamental cuando los televisores de la sala empezaron a transmitir la noticia de su despido.

Algunos medios de comunicación aseguran que el afectado pensó al principio que se trataba de una broma. Un par de asistentes tuvieron que llevarlo a una oficina para confirmarle en privado que el anuncio era cierto.

Trump hizo famosa la frase "¡Estás despedido!" en su programa de televisión The Apprentice, ya que con esta informaba a los participantes que debían abandonar el reality.

Pero, pese a la práctica, esta vez rompió muchas normas no escritas que el mundo corporativo aplica a la hora de informar a un empleado que se va a quedar sin trabajo.

Responsables de recursos humanos aconsejan no cometer los mismos errores.

Díselo a la cara

El presidente de Estados Unidos debió haberle informado en persona a la máxima autoridad del FBI que prescindiría de sus servicios.

"Debe haber sido muy humillante para Comey", asegura la consultora de empleo de la asociación Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD), Rachel Suff. "Salió de la nada. Trump debería de haberlo hecho cara a cara"

La responsable de la agencia de recursos humanos The Disruptive, Lucy Adams, coincide: "Si vas a despedir a alguien, al menos hazlo en persona".

Escribe bien la carta de despido

¿Qué se ha de incluir en la carta de despido?

"Estos comunicados de cese tienden a caer en diferentes categorías", explica Adams. Ella las llama: "No eres tú, soy yo", "¿Podemos seguir siendo amigos" o "No quiero volver a verte".

Para la directiva, la carta que Trump le envió a Comey "tiene un poco de todas".

"Pero, sobre todo, el texto tiene que hacer referencia a las conversaciones cara a cara que has tenido con el trabajador", insiste. Algo que el presidente estadounidense no hizo.

El cierre también es un asunto espinoso. Trump optó por: "Te deseo lo mejor en tus futuros desafíos".

Para Adams, "clichés" como este han de evitarse en este tipo de situaciones.

Suff está de acuerdo en que el documento está plagado de equivocaciones.

"Visto lo corto y breve que era, daba la impresión de ser sarcástico", afirma.

En "circunstancias más normales", lo adecuado para esta experta sería acabar el texto "con una nota positiva y alentadora".

En persona o por escrito, se debe ser conciso.

"Ir directo al grano y no tener una conversación de una hora sobre el último partido de fútbol antes de anunciar algo así es muy importante", asegura una de las directivas de la agencia de reclutamiento Mercuri Urval, Jeannine Hertel.

No seas egocéntrico

Probablemente, la parte que más polémica de la carta de Trump sea el segundo párrafo.

En este, el presidente parece agradecerle a Comey por informarle en "tres ocasiones diferentes" que había sido exonerado en la investigación sobre su supuesta participación en los intentos de Rusia de interferir en las elecciones estadounidenses del año pasado.

En las redes sociales, esto fue calificado de "torpe" e "interesado".

Según Adams, esto supone "una nueva dimensión increíble de ensimismamiento" de quien despide.

"No me podía creer la carta de Donald Trump. Además de ser demasiado corta, gran parte la dedicó a a hablar de sí mismo", agrega Suff.

Por fortuna, esto es muy raro, según la experta. Pero añade que es importante que los jefes intenten ser conscientes de que el equilibrio de poder rara vez existe en el mundo laboral.

"Se ha de resistir la tentación de usar la situación para tu propia satisfacción personal", aconseja.

Asume tu responsabilidad

Para los expertos en recursos humanos, otro grave error en la carta de Trump fue alegar que la decisión se había tomado en base a una recomendación del fiscal general y su subordinado inmediato.

"Si lo piensas, básicamente está tirando la pelota a otro tejado. En realidad, no está asumiendo ninguna responsabilidad", afirma Suff.

Hertel también critica que eche la culpa a otros: "El que está a cargo es el que toma la decisión y el que tiene que defenderla. Nunca se debe decir que es la decisión de la dirección ni de recursos humanos".

Adams coincide: "No hay una forma perfecta de decirle a alguien en una carta que está despedido pero, en mi experiencia, debe hacerse de manera corta y dulce y no debería intentar pasarle la responsabilidad a otro".

No lo hagas por WhastApp

Ni correo electrónico ni mensaje de texto ni a través de Facebook. Puede sonar descabellado, pero hay empresas que lo hacen.

"No es una manera respetuosa de conectar con un individuo", afirma la directora de recursos humanos del Instituto de Recursos Humanos Australiano, Rosemary Guyatt.

"Si alguien es despedido de forma inadecuada, lo que va a tener es un extrabajador muy disgustado. Una carta es la única manera correcta de dejar por escrito los términos. Un mensaje de texto sería demasiado corto y no constituiría un documento legal", explica.

Suff añade otro elemento: el trato que una empresa ha dado a un empleado puede trascender y, dependiendo de cómo haya sido, dañar la marca.

"En estos días de redes sociales, la reputación lo es todo", dice.

Cumple con la ley

"Hay normativas que protegen a los empleados y, a menos que se trate de un despido justificado, si no sigues los procesos, habrá consecuencias", advierte Suff.

Las cartas deben explicar con claridad el por qué del cese y desde cuándo es efectivo.

También han de hacer mención a asuntos como la indemnización o los pagos extraordinarios.

"Asegúrate de revisar cuáles son tus obligaciones contractuales", sugiere Guvatt.

Recuerda: el despido debe ser la última alternativa

"Las compañías pueden prescindir de alguien en las circunstancias correctas y tras seguir los procesos adecuados", dice Suff. "Pero no puedes hacerlo por capricho".

Cuando el caso involucra una mala praxis grave, el proceso se vuelve más complicado. Pero el consenso es que antes de echar a alguien por su desempeño en el puesto, tienes que haber intentado resolver el problema.

"El responsable debe de haber tenido varias conversaciones con el empleado sobre cómo está trabajando, haber desarrollado un plan de mejora y haberse asegurado de proveer al trabajador de una oportunidad justa de cambiar su conducta o acciones", según Hertel.

"Y el empleado debe ser consciente de cuál puede ser el final de este proceso", añade.

Lo que significa que en el caso de Comey se rompió otra norma de oro de los recursos humanos: un despido no ha de ser nunca una sorpresa.

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