La policía de la ciudad de Hangzhou, al este de China, recibió a principios de mes una llamada desde un bar en el que el personal había encontrado una maleta sospechosa.

Dentro había dos millones de yuanes (US$314.204), una cantidad de dinero extraordinaria que podría cambiar la vida de más de uno.

Las autoridades consiguieron identificar al dueño, que según la policía local, había acordado encontrarse con su exnovia en aquel bar.

¿Y el dinero? Era una "tasa de ruptura", una nueva tendencia en la escena amorosa china.

¿El precio del amor verdadero?

Todo el mundo sabe que tener pareja puede resultar caro. Ya sea invirtiendo en copas o cenas en los inicios de la relación o comprando regalos y pagando vacaciones en etapas más avanzadas.

Encontrarse con la persona con la que uno acaba de romper para devolverse mutuamente las cosas que se prestaron o regalaron ya era un momento incómodo por el que uno tenía que pasar. Pero, en los últimos años, los chinos han creado otro: aquel en que uno paga o recibe una especie de compensación al final de una relación larga.

Si bien no están obligados por ley, es una forma de que una de las partes le dé a la otra un pago como el que se da en algunos divorcios.

La persona que deja a la otra es la que hace el desembolso. Juntos, deciden la cantidad teniendo en cuenta la duración de la relación y el dinero y esfuerzo que invirtieron en ella.

Algunos estiman de forma pragmática la suma que su pareja se gastó en ellos cuando salían juntos. Mientras que otros la calculan en base a qué tan grave creen que será el daño emocional que les causará la ruptura.

Es muy común que quienes paguen estas tasas sean hombres y que esto resulte de un sentimiento de culpa o de las ganas de compensar el sufrimiento de la otra persona.

Sin embargo, cada vez más mujeres ven aceptable pagar ellas la tasa, dado que, por tradición, los hombres chinos son quienes corren con la cuenta de las comidas y los regalos.

Algunos informes sugieren que este fenómeno se debe al creciente consumismo.

Aunque otros lo consideran una posible resaca de tiempos antiguos, cuando la economía de las mujeres chinas dependía más de los hombres.

Tradicionalmente, las actitudes hacia las relaciones amorosas en China han sido pragmáticas y giraban en torno al matrimonio. Así que la tasa está pensada para evitar que la parte afectada sufra y para ayudarla a hacer borrón y cuenta nueva.

Estos informes también señalan que este pago puede ayudar de forma específica a las mujeres de más edad que sientan que por estar en esa relación fallida hayan perdido oportunidades en su juventud para priorizar su carrera o para encontrar "al adecuado".

Algunos de los casos de tasas de ruptura de los que se hacen eco los medios de comunicación van desde los que parecen inofensivos a los que acaban en juicio.

Algunos fueron retratados de manera jocosa, como un caso en abril en el que una mujer le envió a su antigua pareja un inventario con cada uno de los restaurantes y hoteles a los que habían ido. Había buscado meticulosamente los datos de cuánto había gastado su pareja en ella y quería reembolsarle lo que ella creía que le debía.

En enero, en la ciudad de Ningbo, al este, un hombre pidió a su novia una compensación después de que esta lo dejara por haberse quedado calvo.

Pero también ha habido situaciones graves.

En noviembre de 2014, un hombre en Sichuán, al sur del país, le exigió a su novia una indemnización tras enterarse de que ella tenía más parejas.

Ambos estaban casados con otras personas pero llevaban cinco años viéndose y, a menudo, él le había dado dinero para que se comprar ropa.

Después de que la mujer se negara varias veces a pagarle la tasa de ruptura, él fue a su casa y atacó a la familia de ella con ácido.

Fue arrestado como sospechoso de homicidio involuntario, pero argumentó que su conducta se podía haber evitado si ambas partes se hubieran separado como iguales.

Desconcertado

En el caso del bar en Hangzhou, la mujer consideró que el hombre se había "quedado corto en unos cuantos millones", según publicó The Global Times.

"No lo acepté y me fui. Le dije que lo recogiera él mismo. Eso fue todo", le dijo a ese diario chino.

Sin embargo, no se había dado cuenta de que su ex ya se había ido del bar. Ambos se presentaron luego en la comisaría con la esperanza de recuperar el dinero.

Las autoridades se lo devolvieron al hombre y le advirtieron que no volviera a ser imprudente en el futuro.

No obstante, él seguía desconcertado ante la duda de si la suma que le había dado a su ex era suficiente o no.

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