Cuando Gillian Brockell estaba embarazada pasaba horas en internet buscando fotos de ropa de recién nacido y leyendo noticias sobre embarazaos.

No imaginaba que perdería a su bebé... ni mucho menos que terminaría por escribir una carta a Facebook y a Google para que dejaran de recordarle la muerte del pequeño.

"Queridas tecnológicas: ustedes sabían que estaba embarazada. Fue mi culpa. No pude resistirme a esos hashtags de Instagram - #30weekspregnant (30 semanas de embarazo), #babybump (barriga de embarazada)- ¡Qué tonta fui! Incluso hice clic un par de veces en anuncios de Facebook de ropa para mamás", se lamenta la editora de video del Washington Post en un texto publicado por el diario este miércoles 12 de diciembre.

"Seguro que vieron mi emotivo post de agradecimiento a las amigas que vinieron a mi baby shower y a mi cuñada, quien vino desde Arizona para el evento y me etiquetó en sus fotos", continúa Brockell.

"Probablemente me observaron buscar en Google 'vestido de embarazada con cuadros escoceses' y 'pintura para cunas segura para bebés'. Apuesto a que Amazon incluso les dijo la fecha en la que esperaba el parto, el 24 de enero, cuando me registré en Prime".

Pero Brockell dice que si las grandes tecnológicas hubieran sido un poco más astutas, también podrían haber deducido que había perdido a su bebé.

"¿Acaso no me vieron googlear 'contracciones de Braxton Hicks (falso parto) o parto prematuro'? ¿No se percataron de mis tres días de silencio en las redes sociales, algo poco habitual para una usuaria tan frecuente como yo?"

La periodista también señala que algunas palabras clave como "desconsolada", "problema", "aborto", o los 200 emoticonos de caritas tristes que le enviaron sus amigos deberían haberles servido de pista a Facebook, Instagram o Twitter y otras empresas digitales para saber que algo iba mal.

Brockell asegura que la experiencia de seguir recibiendo avisos publicitarios sobre embarazos y bebés luego de que su hijo naciera muerto fue desoladora.

"Déjenme explicarles cómo son las redes sociales cuando por fin regresas a casa del hospital, con los brazos más vacíos del mundo, tras haber pasado días llorando en la cama con tu esposo, agarras el celular para distraerte unos minutos [y ves esos anuncios]... es exactamente igual de aplastante que el recuerdo de cuando tu bebé estaba vivo".

"Sus algoritmos asumen que si diste a luz hubo un final feliz, y te bombardean con anuncios de sostenes de lactancia, videos para que el bebé se duerma toda la noche (yo daría lo que fuera por escuchar llorar al mío) y los mejores carritos que se adaptan al crecimiento de tu pequeño (el mío pesará siempre 1,8 kilos)".

Brockell asegura que la gota que colmó el vaso fue recibir un correo de Experian en el que le animaban a "completar el registro de tu bebé" para gestionar un crédito a lo largo de una vida que nunca tendrá.

"Por favor, compañías tecnológicas, les imploro: si sus algoritmos son lo suficientemente inteligentes como para saber que estaba embarazada o que di a luz, entonces seguro que también pueden serlo para darse cuenta de que murió y enviarme la publicidad adecuada, o tal vez no enviarme ninguna".

La respuesta de Facebook y Twitter

Antes de que su carta completa fuera publicada por el Washington Post, Brockell la había publicado en un tuit el día 11 que acumula cerca de 26.000 retuits y más de 62.000 "me gusta".

Además de compartirla, varios usuarios de internet aseguran haber tenido experiencias similares.

Facebook y Twitter reconocen que podrían hacerlo mejor.

Rob Goldman, vicepresidente de publicidad en Facebook, respondió en Twitter diciendo lo siguiente:

"Lamento mucho su pérdida y su dolorosa experiencia con nuestros productos. Tenemos una configuración que permite bloquear anuncios. Todavía necesita mejoras, pero sepa que estamos trabajando en ello y agradecemos sus comentarios".

Brockell agradeció su respuesta, pero dice que esa solución no basta porque es "demasiado confusa cuando estás pasando por un duelo".

"Yo sabía que hay una manera de cambiar mi configuración en Facebook y traté de buscarla hace unos días, sin éxito. Cualquiera que haya experimentado este pánico, confusión o duelo sabrá entender por qué".

"Nunca pedimos que se activaran los anuncios de embarazo o paternidad. Las compañías tecnológicas lo hicieron basándose en la información que compartimos. Lo que estoy pidiendo es que, del mismo modo, los desactiven".

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