Si elevas tus ojos hacia el cielo en una noche despejada y miras hacia la constelación de Escorpio, la verás.

Es Antares, una inmensa estrella agonizante de intenso color rojizo que, por primera vez, fue fotografiada con el máximo posible de detalles por el Observatorio Europeo Austral (ESO), desde su observatorio en el cerro Paranal, en el norte de Chile.

La imagen de la superficie y atmósfera de la supergigante roja es la más detallada hasta la fecha de una estrella fuera de nuestro Sistema Solar, señalan los autores del estudio publicado en la revista Nature,

Turbulencias

A una distancia de 550 años luz de la Tierra, Antares tiene una masa 12 veces mayor que la de nuestro Sol y un diámetro 700 veces más grande.

Pero esta masa se está reduciendo a gran velocidad: la estrella está perdiendo material a medida que se expande hacia afuera en su última fase de vida, antes de convertirse en una supernova que estallará liberando su gas en una gran explosión final.

Con las imágenes captadas por el Very Large Telescope (VLTI) -un instrumento que combina la luz de hasta cuatro telescopios para crear uno virtual con una resolución equivalente a la de un espejo de 200 metros- los astrónomos trazaron el primer mapa de velocidades del material en la atmósfera.

Este mapa mostró turbulencias inesperadas que no pueden explicarse por procesos habituales como la convección de corrientes.

Esto hace pensar que son producto de un proceso nuevo, cuyas reglas aún se desconocen, dicen los investigadores.

Nueva ventana a las estrellas

¿Pero por qué estrellas como Antares pierden masa tan rápidamente cuando están en la última etapa de su evolución?

Esta es una pregunta que astrónomos se han estado haciendo desde hace más de 50 años, y que el equipo liderado por Keiichi Ohnaka, investigador de la Universidad Católica del Norte de Chile, espera responder con ayuda de estas imágenes.

"El VLTI es la única instalación que podía permitirnos medir directamente los movimientos del gas en la atmósfera de Antares, un paso crucial para aclarar este problema".

"El próximo desafío es identificar qué es lo que está impulsando los movimientos turbulentos", señaló Ohnaka.

Ohnaka añade que la misma técnica utilizada para estudiar a Antares -antiguamente limitada a nuestro Sol- podría ahora emplearse para observar diferentes tipos de estrellas.

"Este trabajo lleva la astrofísica estelar a una nueva dimensión y abre una ventana completamente nueva para observar estrellas".

Publicidad