"No pensé que alguien vendría a buscar a un adolescente".

La canadiense Ashley Lacasse pasó su vida sin un hogar permanente, fue a 19 escuelas diferentes mientras se mudaba entre padres, familiares y familias de acogida.

Ahora a los 17 años y medio salió de una sala de un tribunal en Ottawa oficialmente como parte de una nueva familia.

"Simplemente no puedo creerlo", le dijo a la BBC. "Sentí que iba a llorar".

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"¡ES UNA NIÑA! ¡Hoy oficialmente nos convertimos en una familia de seis! ¡Ashley fue adoptada! Claro, tiene 17 años y medio, pero la familia no termina a los 18. La amaremos para siempre. Bienvenida a la familia. Tus nuevas mamás están en la Luna", escribió Amanda Jetté Knox en Twitter.


La nueva madre de Ashley Amanda Jette Knox dijo que la adopción es técnicamente una "custodia permanente", lo que le permite a Ashley mantener su apellido.

"Ella tiene relación con sus padres, solo que no puede vivir con ellos. Así que trabajamos con ella para crear una situación con la que ella esté realmente feliz", explica Amanda.

"Descubrimos que ella se convertiría en una 'crown ward' (que en la legislación de Canadá es un niño o joven que fue puesto en cuidado de crianza con el propósito de adopción), lo que significa que la Sociedad Pediátrica de Canadá sería su cuidadora hasta que tenga la edad de quedar fuera del sistema", agregó.

"No nos gustaba eso, era muy injusto. Ella es una persona tan maravillosa que merecía más".

Conectada

Ashley conoció a Amanda a través de su otra hija Alexis, ya que ambas eran compañeras de escuela.

"Se entendieron en un nivel muy profundo", contó Amanda. "Alexis es trans y lo hizo público solo un par de años antes de que se conocieran".

"Este fue el primer año de Alexis en la escuela y realmente no conocía a nadie. Ashley se convirtió en una amiga muy cercana".

Para Ashley, su relación con Alexis fue más que una amistad. "Me sentí conectada por primera vez", reconoció.

"Fue la primera amiga que tuve. Me mudé tantas veces que estaba demasiado asustada como para conectar con alguien. Nunca antes había estado en la casa de nadie, así que cuando fui a su casa, estaba tan aterrorizada", contó.

"Pedía por favor tener una amiga de por vida y tuve la suerte de conseguir una hermana".

Fue su estrecha relación con Alexis y su mala experiencia en los centros de cuidados lo que finalmente llevó a que Ashley fuera llevada a la casa de Amanda.

"Me había mudado a un nuevo hogar, pero en realidad no era un hogar. No fue una buena experiencia. Lloraba todos los días e intenté de todo para salir de allí, pero nadie me estaba ayudando".

Esa fue la primera vez que lloró frente a Alexis, relató ella.

Alexis dijo por su parte que era inaceptable y que hablaría con su familia para preguntarles si podía mudarse.

"Pensé que era imposible. ¿Quién iba a acoger a un adolescente que se sabe que se mudó en varios hogares de guarda?".

Cambio de vida

Alexis no solo cumplió su promesa y habló con sus madres, sino que, según Amanda, también planteó un argumento convincente.

"Nos dijo que Ashley necesitaba venir a vivir con nosotros, que necesitaba una familia. Nuestro hijo mayor, Aerik, tenía 21 años en ese momento, estaba planeando mudarse solo, así que íbamos a tener una habitación libre", recuerda la madre.

"Ashley se había convertido en parte de nuestra familia al ser amiga de Alexis. Así que comenzamos el proceso y cuando Aerik se marchó, cuatro días después, Ashley se mudó", también.

Quizás, como era de esperar, ese movimiento fue uno de los más emotivos de la vida de Ashley.

"No podía creerlo", dijo Ashley. "Todavía no puedo creerlo".

"Muchos adolescentes que conozco todavía están luchando, fui una de las pocas afortunadas en ser adoptado. Necesitas amor y cuidado, y sin eso es difícil vivir, es difícil prosperar en la vida. Ese es el objetivo principal de tener una familia.

"Cuando entré, mi habitación era muy linda. Pusieron una foto en la pared que decía 'estás en casa'. Eso cambió mi vida".

Mamá

Todo se puso en movimiento y finalmente Amanda y Zoe pudieron hacer que Ashley fuera parte de su familia.

Pero fuera del papeleo, había otra forma en que Ashley se convirtió en "parte de la familia": la primera vez que llamó a sus nuevas madres por una palabra que no eran sus nombres.

"Cuando se mudó por primera vez, preguntó cómo debería llamarnos", recordó Amanda. "Dije que podía llamarnos mamá (mom y momma, en inglés) como todos los demás, o solo Amanda y Zoe.

"Quería que ella sintiera que era igual a nuestros otros hijos, pero no quería forzarla. Ella tiene su madre y es encantadora. No queríamos dañar esa relación en absoluto", describió.

"Pero estoy muy contenta de que ella también pueda usar esas palabras aquí. Recuerdo que la primera vez que lo dijo, mi corazón saltó de emoción".

Para Ashley, esas palabras representaban convertirse en parte de la familia.

"Son mis padres", dijo. "Sé que son solo títulos, pero sigue siendo lindo".

"Recuerdo que arrastré (al pronunciar) la palabra mamá. Se sintió extraño decirlo por primera vez porque ya tengo mamá y papá, era extraño usar estas palabras para dos personas adicionales.

"Pero se sintió tan bien. Nunca había tenido una vida normal antes, quería un lugar permanente con personas que se preocuparan por mí y me amaran. Ellos lo hacen. Fueron felices al aceptarme. Eso me hace muy, muy feliz", concluyó.

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