Las ruinas de la ciudad de Pompeya en la Antigua Roma, destruida por la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d. C., siguen dando sorpresas como la anunciada este lunes.

Arqueólogos que trabajan en una excavación en el sitio al sur de Nápoles, Italia, hallaron una caja con "objetos preciosos" que contenía varios amuletos, espejos y cuentas de vidrio.

Massimo Osanna, director del Parque Arqueológico de Pompeya, explicó en un comunicado que los objetos probablemente pertenecieron a mujeres de la época previa al desastre del Vesubio.

La excavación se realizó en una casa en donde había 10 víctimas de la erupción, incluidas mujeres y niños.

El catastrófico fenómeno natural dejó la ciudad bajo tierra, uno de los lugares más fascinantes para los arqueólogos de la actualidad.

Los arqueólogos encontraron cristales, cerámica, amatistas y ámbar.

Había amuletos en forma de escarabajo de Medio Oriente, varias gemas -incluida una cornalina con una figura de artesano- y una cuenta de vidrio grabada con la cabeza de Dioniso, el dios romano del vino y la fertilidad.

De la vida cotidiana

Osanna dijo a la agencia italiana de noticias Ansa que es más probable que los objetos pertenecieran a un sirviente o un esclavo que al dueño de la casa.

Ninguno de los artefactos estaba hecho de oro, uno de los metales preferidos por los ricos de Pompeya.

"Son objetos de la vida cotidiana en el mundo femenino y son extraordinarios porque cuentan microhistorias, biografías de los habitantes de la ciudad que intentaron escapar de la erupción", dijo Osanna.

Los arqueólogos ahora están tratando de establecer lazos de parentesco entre los cuerpos encontrados en la casa mediante pruebas de ADN.

"Quizás la caja de preciosidades pertenecía a una de estas víctimas", especuló Osanna.

Los artículos pueden haber sido usados durante los rituales como amuletos contra la mala suerte, y no solo con fines de ornamentación, dijo.

El cofre fue descubierto en la Casa del Jardín en la Región V del parque arqueológico.

Esa es la misma zona donde se descubrió una inscripción el año pasado, lo que indica que la erupción pudo haber tenido lugar en octubre del año 79 d.C., dos meses más tarde de lo que se pensaba.

La misma casa se cree perteneció a un hombre de alto estatus, pues la calidad del ámbar y las cuentas de vidrio encontradas en el tesoro apuntan en esa dirección, dicen los arqueólogos.

La mayoría de las personas en Pompeya no murieron por contacto con la lava fundida, la cual se mueve muy lentamente, sino por una vasta nube de gas caliente y fragmentos llamada flujo piroclástico.

La nube se posó sobre la ciudad, matando a sus residentes dondequiera que estuvieran y enterrándolos en cenizas.

Publicidad