Mató a su esposa embarazada y a sus dos hijas en agosto pasado, confesó los crímenes y lo condenaron a tres sentencias consecutivas de cadena perpetua.

Lejos de causar rechazo absoluto, al ir a la cárcel Christopher Watts empezó a recibir cartas de amor de distintas mujeres de Estados Unidos.

Medios locales informaron sobre las pasiones que desata el hombre de 33 años del estado de Colorado.

Los mensajes que ha recibido durante su encierro incluyen declaraciones como "he estado pensando mucho en ti", "estuve viendo tu entrevista y me siento atraída hacia ti (no me preguntes por qué)", "en el fondo sé que eres un gran chico", y fotos de las remitentes, incluida una en bikini.

Los flirteos de mujeres con hombres como Watts no son inusuales.

Los medios suelen informar de casos de hombres condenados por asesinato que reciben propuestas amorosas de desconocidas.

Como ejemplos encontramos a personajes como Ted Bundy, condenado a pena de muerte por unos 30 homicidios en los años 70 en EE.UU., y Charles Manson, líder y cerebro de la familia Manson, grupo que cometió sangrientos asesinatos durante dos noches de 1969 en Los Ángeles, California.

¿A qué se debe que algunas mujeres se sientan atraídas por hombres a los que otras temerían?

Fama

Algunos artículos periodísticos mencionan como una de las causas la hibristofilia, o la condición por la que una mujer siente placer sexual al estar con personas que cometen delitos o actos violentos, como una violación, un asesinato o un robo armado.

Pero este fenómeno no necesariamente explica todos los romances de mujeres con asesinos. De hecho, las relaciones hibristofílicas son "raras" (poco comunes), según un artículo de The Guardian de 2003 sobre el tema.

Los psicólogos exponen varias razones muy distintas de la hibristofilia para explicar la inclinación femenina hacia los asesinos.

"Una de ellas es que el asesino con el que la mujer quiere vincularse es 'notorio' y conocido, y recibe bastante publicidad en los medios", le dice a BBC Mundo Sheila Isenberg, autora de los libros Women Who Love Men Who Kill ("Mujeres que aman a hombres que matan") yLoving Outlaws ("Amando a criminales", próximo a publicarse).

Son famosos porque han hecho algo horrible y macabro, pero en la práctica son casi igual de famosos que otras celebridades como Matt Damon o Ben Affleck, por ejemplo, explica la investigadora.

"Si una mujer quiere una cita con Matt Damon o Ben Affleck, y les manda una carta, la van a ignorar", señala Isenberg. "Pero si le escribe a Christopher Watts, puede que reciba respuesta. Los asesinos sí pueden responder. Al comunicarse con estos asesinos notorios, la mujer también logra ser un poco famosa".

¿Relación "segura"?

Para su primer libro, Isenberg entrevistó a más de 30 mujeres que habían mantenido relaciones amorosas con asesinos convictos y asegura que tenían en común el haber sufrido algún tipo de abuso de sus parejas o familiares.

"Cuando tienen una relación con un preso, (creen que) no les puede hacer daño porque está tras las rejas. Suena loco, pero es una relación 'segura'", explica la autora.

Otro elemento que menciona Isenberg es que muchas de las mujeres abusadas han tenido sus propios pensamientos asesinos.

"Han sentido ira contra su abusador, pero no pudieron actuar con base en esa ira. Los asesinos sí actuaron con su ira. Estar en una relación con ellos es liberador para la mujer, en cierta forma", sostiene.

Biología

Una causa más de este tipo de atracción también puede ser que las mujeres vean al "niño interior" del criminal o crean "que pueden cambiar a un hombre tan cruel y poderoso como un asesino en serie", dice Katherine Ramsland, profesora de Psicología Forense de la Universidad DeSales de Pensilvania, en un artículo en el portal Psychology Today, de 2012.

Ramsland también cree que la biología juega un rol en estas historias románticas.

"Investigaciones con primates sugieren que las hembras prefieren a los machos más grandes y más agresivos. En los humanos, ciertas mujeres pueden sentir que un hombre 'agresivo' puede ofrecerles más que un hombre común", opina la psicóloga.

Para Isenberg, esta búsqueda del "macho fuerte" tiene un trasfondo social.

"Tratamos a las mujeres como ciudadanos de segunda clase, muchas mujeres todavía buscan hombres que las protejan, que sean más fuertes que ellas", asegura.

"¿Quién es más fuerte que un asesino?".

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